El encontronazo que se dio entre el representante de transportes verde y crema, y un representante del Gremio de Choferes Mexicanos, es una pequeña demostración del desorden que esta ciudad ha padecido eternamente, a ciencia y paciencia del gobierno municipal. Solo en ese desorden se explican actos como la marcha y suspensión del servicio de parte de transportistas, sin que tenga consecuencias legales dicha acción. Como siempre, el que paga los platos rotos es el ciudadano.
José Enrique García Sánchez