Con impunidad, en clara violación a la ley, directivos del Instituto Tecnológico de Tijuana permitieron que una iglesia funcionara durante cuatro meses utilizando los fines de semana el Teatro Calafornix, una instalación publica, de nivel federal. La autodenominada agrupación Ancla, la ocupaba los días sábados y domingos para el culto religioso.
José Enrique García Sánchez