Con el asesinato de un nuevo policía, en la persona de Carlos Domínguez Murillo, se calienta más el clima social y eleva la sensación de inseguridad, mientras la forma de despedir a la directora de la Policía Municipal, Patricia Sida, no envía un buen mensaje a la comunidad tijuanense. El anunciar su retiro sin haberle notificado previamente hace pensar que existen al interior de la Secretaria de Seguridad Pública Municipal, jaloneos y golpeteo que en nada abonan al buen desempeño de la corporación.
José Enrique García Sánchez