Tijuana BC 12 de mayo de 2014 (AFN).- Suena creíble la afirmación de la esposa del gobernador Francisco Vega de Lamadrid, Brenda Ruacho, en el sentido de que no fue instrucción suya imponer la obligación de venta de boletos para un espectáculo, a elementos de la Policía Ministerial del Estado, y pareciera que la metida de pata es de gente de la Procuraduría de Justicia del Estado, lo que de todos modos no justifica lo sucedido. Ojala aprendan la lección de este incidente.
Sorprende la velocidad con que una veintena de congresistas norteamericanos se reúnen para pedir al gobierno mexicano que otorgue un trato considerado al Marine que cruzó a territorio nacional con armamento y municiones “por accidente”.
Contrasta con el silencio que de este lado se produce cuando representantes de la autoridad matan con todas las agravantes de la ley a un migrante sometido, en el piso, a dos metros de su país de origen, que pide inútilmente clemencia, como ya fue ampliamente documentado en su momento. El asesinato sigue impune.