Otro escándalo ha salpicado a la administración estatal y ahora directamente al Gobernador Francisco Vega de Lamadrid, quien hace días perdió los estribos cuando José Valenzuela, un empleado de su administración, le hizo reiteradamente un par de comentarios críticos, a los que reaccionó iracundo y terminó amenazando con que sería despedido. El asunto es que la amenaza se cumplió pero mediante un manejo francamente chafa. Lamentable que el gobernador haya bajado de nivel y exhibido un rasgo de personalidad como el que quedó evidente… Otra de panistas, ahora en Rosarito, donde todavía despacha como alcalde Silvano Abarca Macklis, cuya administración decidió ¡pintar de azul! El palacio municipal en un acto que muestra la visión tan pobre con que se siguen manejando muchos de los asuntos de orden público en la entidad.?