Superada la tormenta hidrometeorológica, que por fortuna no impactó a la ciudad con la fuerza pronosticada, el gobierno municipal que encabeza el alcalde Jorge Astiazaran echó combustible a la hoguera de la tormenta política iniciada con la suspensión del Secretario General del Ayuntamiento y dos funcionarios más por parte del Síndico, ante la presunción de haber cometido irregularidades. Al afirmar el Presidente Municipal, que el Síndico Arturo Ledesma y amigos y familiares han pretendido extorsionarlo pidiéndoles “mochada” por el ingreso chueco que se supone recibirá el ayuntamiento, dio un paso que no tendrá solución fácil. Muy probablemente tendrá que renunciar como mínimo el ex regidor y asesor del Sindico, Rubén Salazar, y eventualmente hasta el PVEM deba considerar la conveniencia de pedirle su renuncia.