*.- Error estratégico entregar el partido en concesión a grupos en BC
*.- Priista, el único “ista” o grupo al que pertenezco, afirma
TIJUANA BC 20 DE FEBRERO DE 2014 (AFN).- Víctima de su propio desgaste, el Partido Revolucionario Institucional necesita “ponerse las pilas” y retomar sus objetivos de origen como instituto político comprometido con las causas sociales, y en lo interno, dejar atrás el error estratégico de entregar el partido a los grupos en una especie de franquicia o concesión, porque ese esquema ha probado su fracaso.
En su calidad de aspirante a la dirigencia estatal del PRI en Baja California, Osuna Camacho afirmó que es mucho el trabajo interno y externo que hay que desarrollar para responder al siguiente reto de la elección de 2015 que en realidad arranca este mismo año, en octubre, “y los tiempos se nos han venido encima”.
Entrevistado en AFN político y algo más, este ex dirigente del PRI en Tijuana rechazó de entrada la costumbre de etiquetar con fines denostativos a personas por el hecho de haber trabajado con algún personaje en particular. “Eso es una falta de respeto a la militancia”.
“Yo he trabajado con casi todos los protagonistas de la política bajacaliforniana, pero al único grupo o corriente que pertenezco es al del partido histórico de México, el nacionalista, el del compromiso social, ahí si apúntame”, dijo José Osuna.
Siguiendo en el terreno de las definiciones personales, el ex secretario de Desarrollo Social Municipal del 20 Ayuntamiento de Tijuana parafraseó al desaparecido ideólogo priista, Jesús Reyes Heroles, para identificarse como un idealista práctico, convencido de que la política es el arte de lo posible, y la única y real opción para remontar los desafíos que tiene el país.
“Soy un optimista irredento pero no soy iluso ni ingenuo porque en política no hay lugar para los ilusos e ingenuos pero si para los idealistas. Entre el idealista puro y el pragmático puro se mueve el político, yo soy un idealista práctico, creo que la política es de tiempo y circunstancia y es el arte de lo posible, y yo soy un eterno buscador de circunstancias para hacer posibles los ideales en los que yo creo”, agregó.
En razón de esa lógica, por ejemplo, considera un error histórico entregar el partido a grupos pues por definición son excluyentes y han probado su ineficacia. Hay otra razón: “El presidente del partido no puede tener patrones ni jefes locales. Como dirigente de los priistas solo se puede tener a un jefe superior jerárquico, que es el dirigente nacional y al Presidente de la República”.
En el terreno de la labor interna que falta por hacer, el ex delegado de Mesa de Otay dijo que urge dinamizar al partido en Baja California, terminar con confusiones de carácter ideológico, sacar la discusión de los cerrados grupos de la cúpula partidista y bajarla a la gente, no solo al interior del propio PRI, sino ampliarlo a la sociedad para que esta se sienta representada por él y lo vea como una opción real en el proceso electoral del próximo año.
En el marco de esa discusión –que incluya un espacio para la autocrítica y acción correctiva- debe promoverse que el partido recupere su institucionalidad y retorne la escena pública para un necesario debate que ha abandonado, sobre temas de interés general para la sociedad como en el paquete de reformas promovidas por la administración del presidente Enrique Peña Nieto.
Tan válido es reclamar el histórico centralismo que nos ha afectado a los fronterizos en el ejercicio de la política y el gobierno, como justo reflexionar y hasta defender los aspectos positivos de dichas reformas, y esa es una tarea que el PRI ha abandonado. “No todo lo crítico que se dice de ellas es cierto pero el que calla otorga”.
Lo primero, sin embargo, es desahogar a la brevedad el proceso interno para la renovación de los cuadros directivos y ponerse de inmediato a trabajar en la creación de toda una estructura política electoral, hacer el diagnostico de distritos electorales, comenzar a definir candidaturas, y repartir tareas entre la militancia priista.