POR OMAR A. GARCÍA
México DF 16 de julio de 2012 (lasillarota.com.mx).- El presidente nacional del PRI, Pedro Joaquín Coldwell, dio a conocer que este mismo lunes, su representación ante el Instituto Federal Electoral (IFE) y Jesús Murillo Karam, encargado de la defensa de los votos del equipo de Enrique Peña Nieto, iniciarán la defensa legal -con pruebas- para enfrentar las impugnaciones del candidato de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador.
En conferencia de prensa, el líder del Partido Revolucionario Institucional (PRI) aseguró que están listos no sólo para defender el triunfo de Enrique Peña Nieto y de los priístas, sino la decisión de cincuenta millones de mexicanos.
“No vamos a permitir que se acuse de corruptos por votar por el candidato de su elección”, recalcó.
En la sede nacional del tricolor, el senador afirmó que es mentira la inequidad de medios electrónicos, así como la acusación de rebase de los topes de campaña, supuesta manipulación de encuestas y la compra de votos.
En compañía de Eduardo Sánchez, vocero del Comité Ejecutivo Nacional, aseguró que la elección del 1 de julio fue un voto razonado que premió y castigó a distintas instancias gubernamentales.
Pedro Joaquín Coldwell comentó que los mexicanos debemos estar orgullosos, porque fue la elección más limpia y por el recuento de más del 50 por ciento de las casillas, lo que confirmó el sufragio de 19 millones 200 mil votos a favor del PRI, es decir, más de tres millones por encima del segundo lugar.
Manifestó que el único fraude en esta elección es querer invalidarla e indicó que afortunadamente existen las autoridades electorales, quienes determinarán con base en las leyes quién ganó la elección por la Presidencia de la República.
Joaquín Coldwell hizo un llamado a todos los actores políticos "a que nos sometamos al imperio de la ley y a las resoluciones de la autoridad electoral que demanda el mismo comportamiento democrático de quien se rehúsa.
Una a una, refutó las mentiras que según él ha vertido el bloque de izquierda. Así lo expresó:
1. Primera mentira: Supuesto rebase del tope de gastos de campaña.
2. Segunda mentira: Supuesta inequidad en medios electrónicos.
3. Tercera mentira: Supuesta manipulación de encuestas.
4. Cuarta mentira: Supuesta compra y coacción de voto.
5. Quinta mentira: Supuesta intervención de gobernadores.
6. Sexta mentira: Supuestas estructuras paralelas de financiamiento.
Declaración completa de Pedro Joaquín Coldwell
Una vez más, Andrés Manuel López Obrador descalifica ante los medios de comunicación, a las instituciones electorales y desconoce los millones de votos que los mexicanos emitieron en democracia.
Desconoce también su palabra firmada en un pacto de civilidad suscrito dos días antes de la jornada comicial, y lo hizo cuando ya había transcurrido buena parte del proceso electoral que luego del primero de julio, cuando conoció su derrota, le pareció irregular.
Al descalificar la elección, pasa por alto la reforma electoral de 2007-2008 impulsada por los legisladores de su propio partido y otras fuerzas políticas, que le dio mayor equidad al sistema electoral mexicano, sometiendo a los medios electrónicos a una estricta regulación en materia de propaganda político electoral.
Pasa por alto el monitoreo que el IFE siguió con el concurso y colaboración de la UNAM, respecto a la cobertura informativa de los candidatos en radio y televisión, para que sean proyectados de manera equitativa.
Pasa por alto que los consejeros del IFE fueron electos de manera unánime, por todas las bancadas representadas en la cámara de diputados.
Pasa por alto que esta fue la elección más equitativa de la historia, y también la más vigilada. Millones de ciudadanos y cientos de observadores internacionales, la custodiaron, y la OEA declaró que México tenía la institución electoral más robusta de toda América Latina.
Pasa por alto que en la campaña, él mismo se ufanó de que había logrado, como así fue, que tenía representantes en casi la totalidad de las casillas.
Pasa por alto que por primera vez en la historia del país, se recontó voto por voto el 54.7% de las casillas, sin que se modificara la tendencia electoral.
Ha descalificado incluso, este recuento realizado ante la presencia de cientos de funcionarios electorales, y representantes de los partidos políticos que conforman las consejos distritales del IFE.
Lanza acusaciones sin fundamento, ofendiendo la dignidad de millones de mexicanos que ejercieron sus derechos políticos con dignidad y en libertad, a quienes descalifica con la supuesta venta de su voto.
Lo que no reconoce el candidato perdedor, es que fue un candidato menos competitivo que hace seis años:
Entonces ganó en 16 estados del país, ahora sólo pudo triunfar en ocho. En 2006 ganó en tres circunscripciones, ahora sólo en una.
En 2006, fue el puntero durante gran parte de la campaña y acabó perdiendo por una diferencia de 233 mil votos.
En 2012, jamás consiguió ser puntero y terminó debajo del ganador por 3 millones 329 mil 785 votos.
En 2006, quedó en tercer lugar en 10 entidades de la república. En esta elección se fue al tercer lugar en 17 entidades federativas.
En 2006, la votación que obtuvo representaba el 20.5% del padrón electoral, en esta elección se redujo al 18.8%.
No pudo convencer a la mayoría de las regiones del país con sus propuestas. Aun con su triunfo en la ciudad de México, medio millón de capitalinos votaron de manera diferenciada respecto a los votos que obtuvo su el ganador de la jefatura de gobierno, miembro de su propio partido.
Tampoco pudo superar la percepciones negativas sobre su persona, que él mismo incubó, desconociendo los resultados electorales en 2006.
Recuérdese que entonces, mantuvo sitiado el paseo de la reforma de la capital de la república, durante varias semanas.
Al descalificar esta elección, el candidato derrotado falta a un principio fundamental de la democracia, que es el de reconocer los resultados electorales aun en la adversidad, y evade su responsabilidad ante los partidos que lo postularon, por no haber podido ser mejor opción.
El PRI acudirá al tribunal electoral, no solo a defender la legalidad de este proceso electoral y nuestro triunfo legítimo, defendemos el valor del voto de los más de 50 millones de mexicanos que ejercieron el sufragio y a quien hoy él quiere anularselos.
Acreditaremos la falsedad de sus argumentos y esgrimiremos la verdad legal. colaboraremos con el ife y la Fepade para desahogar todas las denuncias que se han presentado, y demostrar la legalidad de nuestro triunfo.
Se trata no solamente de reconocer nuestra victoria, sino también, de defender los votos de millones de mexicanos que, animados de espíritu democrático, concurrieron a las urnas a manifestar su voluntad política.
Las preferencias políticas de millones de votantes, no pueden ser invalidadas, por una actitud que se resiste a reconocer la verdad jurídica, y la realidad política de México.
Los mexicanos ejercimos el sufragio de manera universal, libre, secreta y directa. El único problema de esta elección, fue haber tenido a quien probada y reiteradamente ha sido un mal perdedor.
Muchas gracias.