El comercio de los seres humanos parece un mal recuerdo, pero es un hecho terrible en la actualidad; la esclavitud moderna alcanza a niños, mujeres y hombres de distinta condición social.
Expertos que participaron en el Foro Medios de Comunicación y Trata de Personas realizado en la UNAM coincidieron en que en años recientes, en los medios de comunicación proliferan anuncios clasificados, publicidad y contenidos sobre servicios sexuales, en un marco de falta de regulación e inconsistencia de las normas relacionadas con los delitos de explotación y trata de personas.
Ante la confusión y contradicciones en los conceptos y frente a la ambigüedad del marco jurídico, es prioritario definir los límites entre actividades individuales y los ilícitos referidos para configurar estrategias claras orientadas a erradicar prácticas que violentan los derechos e integridad de los individuos, coincidieron académicos. En este marco, Mario Luis Fuentes, coordinador de la Cátedra Extraordinaria Trata de Personas, advirtió que las víctimas de este ilícito experimentan pobreza, marginación y agresiones en sus hogares, de pareja y en entornos públicos.
Trata de personas, trabajo sexual comercial, prostitución y explotación se confunden como sinónimos; los límites de las diferencias, en el caso de los delitos, requieren exactitud. Además, los servicios sexuales comerciales no están regulados o las normas relacionadas son inconsistentes, sea para prohibirlos o legalizarlos, lamentó.
La regulación respectiva enfrenta problemas de aplicación de sanciones, indefinición en sus conceptos, contradicciones y confusiones en su técnica jurídica e, incluso, pueden ser instrumentos para trasladar posiciones privadas o morales respecto al trabajo sexual comercial y la prostitución que, en el caso de menores de edad, son delitos.
“Afrontamos el problema de usar conceptos y categorías que impiden la construcción de una política pública que garantice la vigencia de los derechos de todos”, puntualiza.
Mónica Salazar, directora ejecutiva del Colectivo contra la Trata de Personas, habló de la necesidad de esclarecer los límites de los términos tráfico y trata, esta última implica el rapto, traslado y sometimiento con fines de explotación. La actividad delictiva no es lo mismo que un secuestro y la ley vigente confunde estos conceptos o los tergiversa. Normas, reglamentos y programas no establecen con claridad las diferencias.
Para Gabriel Sosa Plata, profesor e investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, se deben promover medidas de autorregulación en los medios de comunicación para evitar la difusión de contenidos relacionados, fomentar observatorios ciudadanos y facilitar mecanismos de denuncia como parte de la estrategia para erradicar este fenómeno.
Kaleydoscopio (www.kaleydoscopio.mx)