Las artes son un regalo para el espíritu y no pueden dejar de tener un valor económico que estimule su producción universal, campo en el cual es bueno que el mercado de arte mexicano haya crecido 70% en los últimos seis años, es cada vez más grande y presenta una marcada tendencia alcista, dice Paul Achar.
En su calidad de presidente electo de la Sociedad Mexicana de Autores de las Artes Plásticas (Somaap) señala que actualmente el mercado se encuentra en manos de cientos de miles de pequeños y medianos compradores que practican el coleccionismo.
“Algunos lo hacen por hobbie y otros con carácter especulativo, pero no sólo adquieren obras de arte individuos, sino también importantes fondos de inversión y bancos, para resguardar inversiones de sus clientes, como activo refugio.”
Según Achar, “para los curadores, los artistas mexicanos de mediados del siglo XX son los de mayor valía”.
A medida que aumenta el interés de inversión en el arte se profesionaliza la manera de hacerlo. Así, aunque el arte puede considerarse un activo de refugio, se debe estar atento a los movimientos del mercado como en toda inversión “para vender y comprar otras piezas”, dice.
El experto recomienda que antes de invertir en arte se debe tener claro qué capital se quiere invertir y filtrar la cantidad de obras y artistas a los que tal monto permite acceder:
“En general, los artistas jóvenes puede generar mayor rango de beneficios con el tiempo mientras los consagrados son inversiones más seguras, pero requieren una inversión mayor debido a su cotización.”
El presidente de Somaap cree que el arte es una de las mejores inversiones en tiempos de crisis, ya que los precios de venta en galerías y artistas disminuyen considerablemente, hasta en 70% en muchos casos. “No hay riesgo de que una obra pierda valor en el tiempo mientras el potencial de revalorización puede ser muy alto”.
Por su revalorización, disfrute estético personal, imagen, ganancias económicas y ventajas fiscales el arte representa una excelente opción de inversión empresarial.
Ahora, “las principales razones que llevan a los expertos a plantearse la posibilidad de que el arte sea el próximo boom en inversión se debe principalmente a los beneficios pecuniarios que otorga la adquisición de este tipo de bienes, como liquidez, aumento de valor, inversión a largo plazo e inversión versátil, asegurable y deducible”.
Antes de invertir en arte, señala Paul Achar:
Asistir a galerías y museos para desarrollar cultura visual.
Seguir las tendencias con las que se identifica. El gusto y la intuición resultan cruciales.
Asignar un presupuesto. En algunas casas de subasta la inversión puede ser de 10 mil pesos, mientras se reduce a la mitad en la compra de arte contemporáneo.
Tomar en cuenta la técnica. Un óleo vale más que una acuarela, ésta más que una litografía al igual que un dibujo. Los cuadros al óleo y el acrílico en tela son los más demandados, seguidos por el pastel, la acuarela, los dibujos, el arte digital, la fotografía y las esculturas.
El tamaño de las obras. Optar por tamaños estándar. Las más comerciales son 50x60 o 60x80 cm.
Verificar la procedencia. Las obras deben contar con un certificado que se puede verificar en las casas de subasta.
El estado de conservación. Según el tiempo de vida de la obra, el que estén o no restauradas, cambia su valor.
Asegurar el patrimonio. Considerar una póliza en la inversión.
Diversificar. Una vez que se decida la creación de una colección, elegir varios estilos o artistas de una corriente.
Considerar el plazo. No existen beneficios inmediatos.
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