Palco de Prensa
Las reformas legales, que permiten la creación de las candidaturas independientes, o ciudadanas, no son, de ninguna manera, una puerta por la que pueden acceder a la administración pública, aquellos que no encontraron ninguna posibilidad en la partidocracia.
Efectivamente, estas reformas son una respuesta a los reclamos de aquellos que están convencidos, de que es posible cambiar las estructuras gubernamentales, y en especial las formas de gobernar, si se da oportunidad de participar, a quienes no estén contaminados por las viciadas prácticas políticas.
Aquellas prácticas del chambismo, del enriquecimiento fácil, del simulacro, del servirse “con la cuchara grande”, del partidismo tradicional, en el que lo único diferente son las siglas de la organización a la que pertenecen o en la que militan.
La ciudadanía está harta de ese tipo de políticos y seguramente rechazará cualquier intento de gatopardismo.
La verdadera intención de estas reformas, no es el de abrir la puerta de la administración pública a políticos marginados y fracasados. De ninguna manera.
Ni tampoco a chambistas, que sueñan con una posición privilegiada. Sobre todo, con sueldos extraordinarios, que no han logrado percibir en el sector privado o ciudadano.
Lo que se pretende, es aprovechar a los verdaderos líderes sociales, a los que en la vida diaria, han destacado por su participación social, al dedicar tiempo y recursos, en la búsqueda de soluciones a la problemática que afecta a sus conciudadanos.
A esos ciudadanos, que la propia comunidad identifica y reconoce. En especial, a esos que encabezan movimientos sociales o gestiones.
Aquellos, cuyas palabras mueven conciencias y motivan a la lucha social.
Los que predican con el ejemplo y actúan, sin pretensión económica alguna.
Tales características o rasgos, no se inventan, ni se simulan. Son naturales. Son propios de la naturaleza de los seres humanos.
Por lo tanto, hablando claro, aquellos que piensan que basta con ostentarse como candidatos independientes o ciudadanos, van a cubrir las expectativas de la ciudadanía, que repudia a los políticos tradicionalistas, pero que carecen de liderazgo social, están totalmente equivocados o son ingenuos. Y conste, en política, no se valen las ingenuidades.
Aunque lo nieguen, quienes fueron aceptados como candidatos ciudadanos, puede decirse que hacen su debut como políticos. Van a competir contra políticos en una contienda electoral y en la función pública, si logran el triunfo.
Tratandose de diputados federales, deben estar conscientes de que serán uno, dos o más, entre un total de 500. Como dicen, una golondrina, no hace primavera.
A nivel nacional, de 122 aspirantes a una candidatura ciudadana, para el Instituto Nacional Electoral, solamente 52 reunieron los requisitos para ello.
A ellos, el INE les entregó constancias de haber resultados procedentes sus cartas de intención. Ahora, deberán dar el siguiente paso. Reunir las firmas de apoyo de cuando menos el 2% de la Lista Nominal de Electores, correspondiente al Distrito Electoral por el cual pretenden contender.
Para Baja California, el INE autorizó solamente a 6 personas, para participar como candidatos ciudadanos en el proceso electoral del 2015. Todos ellos, casi unos desconocidos.
Mario Antonio Hurtado de Mendoza, por el Distrito 2, de Mexicali. Rogelio Raúl Fernández Montaño, por el 4, de Tijuana. Joel Anselmo Jiménez Vega, Cuauhtémoc Zamudio González y Héctor Guillermo Gutiérrez Bertrán, por el 5, de Tijuana y Rafael Loaiza Magaña, del 8, de Tijuana.
Sin un liderazgo social, sin una estructura partidista de apoyo, lo suyo será una simple aventura política.
No entienden, que el hábito no hace al monge. Que la mera ostentación de ser candidatos ciudadanos, no garantiza que los electores, hartos de los políticos tradicionalistas, especialmente corruptos y mentirosos, se volcarán en las urnas para emitir sus votos a favor de ellos.
Quizás alguno de los 6 candidatos ciudadanos, tengan algo valioso en su formación personal. Pero no ha de ser de tanta valía, si no ha trascendido a los círculos sociales en los que se desenvuelven.
Podría ser considerado esto como un primer paso, para desplazar a los políticos partidistas. A aquellos que han hecho de la política un negocio. Una forma fácil de hacer dinero.
Tal vez, a partir de esto, los verdaderos líderes sociales, resdoblen esfuerzos, en sus labores cotidianas y se preocupen por sobresalir socialmente, a fin de que su participación política, se refleje en un cambio en una actividad tan desprestigiada.
Salvo prueba en contrario, los chambistas o ingenuos, no llegarán a ninguna parte. Ver, para creer.