Indagan a general por usar a tropa para remodelar su casa
Ciudad de México 22 de diciembre de 2014 (lasillarota.com).- Tras una denuncia anónima, el General de Brigada Marco Antonio Barrón Ávila, ex comandante de las zonas militares de Colima y Puebla, enfrenta un juicio por presuntamente utilizar a personal de tropa para remodelar su casa en Querétaro.
En la queja presentada en la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) se señaló que los hechos se suscitaron el año pasado cuando el general era comandante de zona en Puebla y que hizo uso de 40 elementos de tropa encargados de los trabajos de reparación.
En la investigación han declarado ante la Procuraduría Militar como testigos alrededor de 11 militares, de los cuales, tres confirmaron que Barrón había girado órdenes para enviarlos a Querétaro, según se detalla en documentos judiciales.
No obstante, el caso se ha complicado pues algunos de los militares que en un principio declararon que el general los había enviado a trabajar en su casa, posteriormente señalaron que la declaración la habían hecho bajo presión de inculpar a Barrón.
El juicio que el juez cuarto militar en el Distrito Federal, Rafael Cázarez Ayala, le sigue al general, es por los delitos de abuso de autoridad y ejercicio abusivo de funciones, ninguno de los cuales es grave y le permiten estar libre provisionalmente.
Pero aún cuando el mando castrense saliera bien librado, éste no es el único proceso penal que enfrenta, pues este año, también un juez militar dictó auto de libertad en su favor, al considerar que no existían para llevar un juicio en su contra por presuntamente pintar un vehículo de su propiedad para hacerlo pasar como oficial.
En cumplimiento a una sentencia de amparo, que ordenó revisar el caso, el Juzgado Tercero Militar concluyó que la imputación carece de indicios, razón por la que no debe continuar procesado el ex comandante de la 25 Zona Militar en Puebla.
La acusación contra Barrón fue por el delito de uso de vehículo con colores con apariencia tal que se asemeje a los vehículos autorizados por las Fuerzas Armadas, previsto en el artículo 250 bis, fracción cuarta del Código Penal Federal.
Esta conducta se castiga con uno a seis años de prisión y el pago de una multa de 100 a 300 días de salario mínimo.
De acuerdo con datos del expediente, Barrón fue acusado porque el dueño de un taller mecánico, de nombre Julio Islas Pérez, lo denunció por un presunto incumplimiento de pago.
El hombre reclamaba a Barrón que en ese entonces era comandante de la 25 Zona Militar en Puebla, el pago por el servicio de pintura a la camioneta Cheyenne del General, una unidad que originalmente era de color arena.
De acuerdo con la legislación vigente de la Procuraduría Militar, el general habría cometido un delito porque a un vehículo que era particular le desmontó la torreta y cambió el color al pixelado oficial de la Sedena, para "asemejarlo" a una unidad oficial.
Sin embargo, este delito está previsto para quienes buscan hacerse pasar por miembros de las Fuerzas Armadas, aspecto que desde un principio advirtieron los tribunales federales.
Por ello, hace unos días, el Sexto Tribunal Colegiado Penal del DF amparó al General Barrón contra esta acusación y ordenó volver a determinar si debía o no llevarse un juicio en su contra; entonces se confirmó el fallo de un juez de amparo y se señaló que Barrón sólo podía ser juzgado si se explicaba cómo un general podía pretender hacerse pasar por integrante de las Fuerzas Armadas -si ya lo era- pintando una camioneta.
Fue a raíz de ese fallo que el Juzgado Tercero Militar en esta ciudad estimó que no había elementos para procesar a Barrón.