Por: Eduardo Suárez

México DF 30 de noviembre de 2014 (kaleydoscopio.mx).- El Buen Fin llegó con una canasta de ofertas para los mexicanos y se fue dejando quejas y dudas en cantidad de consumidores, pero sigue siendo una opción comercial para dinamizar la economía y las grandes empresas vendan los productos para no crear inventarios innecesarios.

Los centros comerciales estuvieron llenos e informes de autoridades indican que las ventas rompieron récord, a pesar de que en vísperas de los días del maratón de remates 72% de 1,400 ciudadanos entrevistados por Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE) afirmó que no haría compras y más de la mitad consideraba que las ofertas no iban a ser buenas.

En el Distrito Federal el porcentaje de quienes compraron durante el Buen Fin fue superior, prácticamente el doble de lo que se dio en todo México.

Para el contador Jorge Alberto Argueta Nava este programa comercial implementado por el gobierno ayuda a reactivar la economía por medio del gasto de aguinaldos y la venta de productos que se van quedando durante el año.

“El Buen Fin genera mayor ingreso para las tiendas y eso se ve reflejado en mayor base para los impuestos, además a las empresas les sirve para sacar los inventarios que no salieron o no se vendieron a tiempo.

“Para las finanzas en la balanza pública, con el dinero que se emite para el pago de los aguinaldos y que por órdenes de la Federación se adelantan a toda la gente del gobierno, provoca que los recursos no se ahorren y se estanque la economía”, explicó.

Pero no todo fueron buenas ofertas, la publicidad engañosa, irrespeto de promociones, no informar o respetar términos y condiciones, condicionar la venta de productos o anunciar productos inexistentes, entre otras irregularidades, fueron descubiertas por la Profeco principalmente en Puebla, Jalisco, Nuevo León, Coahuila, Sonora y Guerrero y la Zona Metropolitana del Valle de México.

La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) recibió 458 inconformidades contra proveedores y suspendió 53 establecimientos por irregularidades a la Ley Federal de Protección al Consumidor (LFPC).

“Para los consumidores las ofertas ofrecidas en esta temporada comercial son atractivas por la facilidad de comprar a meses sin intereses y un poco por los descuentos. Los comercios no pueden perder, pues hacen un análisis previo de cuánto es el costo real de cada producto y al final ganan haciendo creer que los precios fueron rebajados, cuando en realidad es el mismo costo real”, indicó Argueta Nava.

De acuerdo con GCE, 60.8% de quienes pensaban comprar en el Buen Fin sacó sus ahorros y pagó en efectivo, mientras que 18.7% usó sus tarjetas de crédito, 8.7% dinero plástico (tarjeta) a meses, 7.7% tarjeta de débito.

Los habitantes del Distrito Federal usaron más el poder de su firma y compraron con tarjeta de crédito (30%).

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