La música permite incrementar hasta 33% la productividad empresarial, gracias a que favorece la concentración, atención e interconexión entre ambos hemisferios cerebrales y ejemplifica diversas habilidades directivas, dice Leopi Castellanos, músico y consultor empresarial.
El autor del libro El efecto Leopi asegura que las compañías que emplean música en el quehacer cotidiano tienen altos resultados en actividades creativas como investigación y desarrollo, mercadotecnia y ventas.
“La música puede emplearse para modificar estados anímico-emocionales y atenuar dolor o estrés, incrementar la capacidad de aprendizaje y conocimiento acelerado, mantenerse en alerta constante o favorecer la concentración en tareas minuciosas o reiterativas, por lo que se incorporan determinadas melodías en áreas específicas de trabajo o sectores económicos predeterminados”, dijo.
“Un mercado que demanda cambios constantes es el de la música, de ahí que el extinto Michael Jackson mezclara música, coreografía y efectos especiales, Pink Floyd añadiera luces e imágenes y Queen, que era una banda de rock, se atreviera a incursionar en la ópera”, detalló.
Dado que el público demanda cambios muy vertiginosos y rápidos, la mentalidad musical puede ser emulada en el ámbito empresarial donde no ganan los más grandes sino quienes cambian más rápido productos, diseños, logística, producción y ventas, dice Castellanos.
La reinvención es crucial para las empresas y la capacidad de transformación en el mundo musical puede ser un buen punto de partida para estimular el multitask empresarial, señaló, y ejemplificó:
“David Bowie es músico, pero ha sido actor, productor discográfico, arreglista... Otro ejemplo es Bob Dylan, tanto poeta como músico. Ambos son casos de reinvención en el mundo de la música."
Mantener la vigencia en el mercado también es otra lección que la música puede aportar a los negocios de cualquier índole, asegura Leopi Castellanos, quien menciona el éxito de The Rolling Stones o la propia Madonna.
Pero el asesor empresarial también comenta la magia que la música puede llevar al lugar de trabajo. “Las melodías que tienen 60 compases por minuto, con tonos graves, facilitan la generación de ondas alfa del cerebro, lo que favorece el aprendizaje acelerado y el estudio. Son recomendables, por ejemplo, Andantino del concierto para flauta y arpa de Mozart, Canon de Pachelbel, Invierno de Vivaldi y el Adagio en sol para cuerdas de Albinioni”.
“La música en la empresa es una herramienta subutilizada pero que puede favorecer determinados estados anímicos, multiplicar el potencial de cada colaborador e incluso inducir más rotación en los puntos de ventas. De manera simultánea, puede generar paradigmas de una buena gestión empresarial”, finalizó.
Kaleydoscopio (www.kaleydoscopio.mx)