Las agresiones contra la mujer tienen muchas formas, incluso algunas que parecen ser parte de una malentendida costumbre callejera, como los piropos groseros o unos aparentes tocamientos involuntarios, situación que ha llevado a la Cámara de Diputados a pensar en sentar en el banquillo de los acusados a quienes hostigan a las mexicanas.
La Comisión de Justicia analiza la posibilidad de sancionar el hostigamiento sexual con una pena de 6 meses a dos años de prisión y multas de 200 a 500 días de salario. Actualmente el Código Penal Federal prevé 40 días de multa.
Esto en un plano nacional en que los piropos “mamacita” y “estás bien buena” son en realidad agresiones verbales, según 66 de cada cien mexicanos, revela Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE) en una encuesta en que 48% de las mujeres entrevistadas contestó que no ha sufrido acoso verbal callejero.
Es cierto, a 51% de las mexicanas no le han lanzado piropos perversos, pero 7 de cada diez personas consultadas telefónicamente por todo México mencionan que esas expresiones deben ser catalogadas como delitos; 66% de los entrevistados el 21 de abril afirmó que ese tipo de piropos son humillantes, pero a 8.8% de la gente le causan gracia, mientras que a 2.6% le provocan ambas reacciones y a 10.8% no le hace reaccionar de ninguna manera; 11 de cada cien entrevistados dijeron no sé o callaron.
Cuando los encuestadores de GCE preguntaron qué tan grave es el fenómeno del acoso verbal callejero, 72% señaló que es grave (32% lo ve como muy grave). Pero cerca de un cuarto de la población no ve que sea tan grave y 4 de cada cien entrevistados no le dan importancia.
En su iniciativa legislativa, la diputada Dora María Guadalupe Talamante Lemas plantea la creación de un “buró” con los nombres de los funcionarios públicos federales que hayan incurrido en los delitos de hostigamiento y abuso sexual.
El Instituto Nacional de las Mujeres y la Secretaría de la Función Pública registraron en 2012 unos 26,000 casos de hostigamiento sexual en 258 dependencias gubernamentales, pero sólo se denunciaron 8,000.
Además, de 70% de las empleadas que han sufrido algún tipo de hostigamiento sexual, 60% decide renunciar antes de acudir a denunciar o de que se concrete la falta, mientras que 25% de ellas son despedidas por no dar cumplimiento a las peticiones del acosador.
La cifra es conservadora, debido a que se trata de un acto ilícito que en 99.7% de los casos no se denuncia y tiene el índice más alto de impunidad.
Kaleydoscopio (www.kaleydoscopio.mx)