Texto y Fotos: Joel F. Gálvez Vivar
LA COMUNIDAD DE DOLORES HIDALGO, Municipio de San Manuel, Territorio Rebelde, Chiapas, México. Hace casi 31 años en algún lugar de la selva lacandona, en los altos de Chiapas, empezó a cuajar el movimiento que luego conmovió a propios y extraños, cuya causa en un instante dio vuelta al mundo con un mensaje de esperanza y reivindicación.
En la oscuridad de la noche se tejió la rebeldía, entre la boscosa vegetación, arbustos y matorrales, se miran sentados en casas hechas de tablones de madera y techo de láminas, los indígenas se organizaban, hacían preparativos, porque habría que dar la batalla en gran combate, así llegó el uno de enero de 1994, fecha y hora acordado previamente en los últimos de diciembre, entonces los indígenas hicieron sonar la metralla, ‘al sonoro rugir del cañón’, un ejército mal estrechados, mayoritariamente conformado de indígenas, que arrebato la palabra a los poderosos y boicoteó la entrada en ese año del neoliberalismo con el Tratado de Libre Comercio.
A 31 años de su acción fundamental y 20 del despertar armado, porque no había otro camino más que el de las armas, es una gesta heroica que apresuran celebrar desde el rincón de la selvática Chiapaneca; es la lucha y la resistencia de los hombres, mujeres, niños y ancianos del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional –EZLN-; cientos de personas procedentes de distintos países, así como de la República Mexicana, ingresaron a la zona territorio y dominio absoluto del EZLN, para unirse a la gran fiesta conmemorativa del uno de enero.
Desde aquí en el corazón de la selva, luego de recorrer los cinco “caracoles”, donde están instaladas las ‘juntas del buen gobierno’ que dirigen alrededor de 30 municipios autónomos, creados por los Zapatistas, rescatamos en este viaje diversas entrevistas con los habitantes de la zona, bajo estricto anonimato a las fuentes, por razones obvias, ese es el compromiso, ahora de este reportaje, luego de una serie de actividades, los múltiples visitantes y simpatizantes del EZLN, cada cual portan bolsas para dormir, víveres, entre otros, fueron alojados, - fuimos también incluidos-, en viviendas rústicas durante la estadía, donde se compartía el pan y la sal –por cierto enlatados-, además de los naturales.
Mientras que los Zapatistas mantienen una actitud distante de las autoridades del gobierno, desde que en el 2001 fuera rechazada la Ley Indígena que habían pactado y en su lugar los legisladores votaron otra en el Congreso de la Unión.
En el campamento de la autodenominada comunidad de Dolores Hidalgo, municipio de San Manuel, quizás en estas mismas casas de madera, en los recintos que tal vez en la época en que no hay eventos trascendentales, funcionan ya como recintos para culto religioso, así como de educación escolar, en ellos ahora mismo, los comandantes y comandantas se reúnen, con el estado mayor, entre ellos figura la persona del Sub’comandante Insurgente Marcos, para la toma de decisiones, máxime en la época de hace 31 años, en este suelo tuvo origen la plantación, aquí en este territorio declarado ahora rebelde, se tejió la insurgencia zapatista y precisamente en los últimos días de diciembre, como los que ahora estamos atravesando, mismo que fuese ejecutado por el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional –EZLN-, en los municipios de mayor importancia de Chiapas, entre ellos San Cristóbal de las Casas, por su envergadura y estrategia territorial; Ocosingo; Las Margaritas; entre otros sobresalientes.
Entre lodazal, y de corte marcial, arriban a los centros de reunión los zapatistas para escuchar algunos planteamientos de la Sociedad Civil, cuya opinión y participación es privilegiada por el mando supremo clandestino del Ejercito Zapatista. La comunidad nacional como internacional está y estuvo al pendiente de los acontecimientos del EZLN con motivo de celebrar un aniversario más del levantamiento armado, de un ¡YA BASTA!, en tanto que la red internacional trabajó fuertemente por la causa, igual que hace unos ayeres, desde Argentina; Venezuela; Holanda; Chile; España; Alemania; Estados Unidos de Norteamérica; Brasil; Italia entre otros, además de que los 31 estados de la República hagan a su modo el trabajo conmemorativo a la causa del EZLN.
Igual que hace un tres de décadas, aquí planeó, cuajó y ejecutó la idea de que habría que dar la batalla, habría que decir ¡YA BASTA!, de que habría que hacerlo con valor y decisión, arriesgándolo todo, habría que hacerlo bajo riguroso estrategia, para alcanzar el objetivo, hacerse escuchar, que aquí hay pobreza y miseria, marginación y olvido; tristeza y dolor; hambre y sed; muerte y esperanza.
Hasta que el 1 de enero de 1994, antes de ser descubiertos o alertados los federales, y se diese de la orden de eliminarlos, el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional, tomó la decisión de dar la batalla en gran combate. En tal virtud ahora este suelo de la selva lacandona se erige como la máxima en la esplendorosa lucha del indigenismo, de los sin voz, de los del color de la tierra, ahora y aquí están presentes los zapatista para reafirmar su lucha y su causa, con el grito de “Zapata vive, la lucha sigue”, y cada cual toma su posición, en el campamento, hay tensión, los nativos, se apresuran a refugiarse en la espesura selva, y se van entre matorrales, arroyos, los de infantería gallardos marchan, ellas al frente, y como escoltas avanzan los hombrecillos con el rostro cubierto de pasamontañas, al cinto un raquítico cuchillo, rifle y todo lo demás del armamento, en tanto que el Sub’ comandante Marcos, debidamente custodiado de su estado mayor, cabalgan hacía las montañas del sureste mexicano, allá en las alturas, en donde moran los aguiluchos y aves de diversas especies.
Desde donde pronto volverán a darlo todo, porque la lucha aún no termina y en el 2006 realizaron la otra campaña por todo el territorio nacional, con el delegado ‘zero’ que en Oaxaca le llamaron ‘cara de trapo’, año netamente electoral, así fueron inmiscuidos en la vida política, nacional e internacional. Ese es el objetivo, ‘nunca más un México sin nosotros’.
Desde la selva lacandona en el sureste mexicano, elevan la voz y se apresuran a la campaña pacifica, social y cultural.
Fuese el valor del indigenismo mexicano, ahora la lucha es por la aparición con vida de los 43 que mantiene tal vez en Jaque al gobierno mexicano, al ser exhibido internacionalmente, de que en México se vive en estado de barbarie aun a pesar de los años.