EL SALVADOR 19 DE JULIO DE 2019 (La Silla Rota).- El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, anunció que insistirá en el uso del ejército para combatir la delincuencia en el plan con el cual pretende recuperar territorios dominados por pandillas.
Esto supondría el reciclaje de una práctica que utilizaba el partido Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMNL), que estuvo en el poder desde 2014 hasta el 1 de junio de 2019, de acuerdo con el diario El Faro.
El Ejecutivo de Bukele, de la derechista Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA), implementa desde el 20 de junio pasado un plan con el que busca cortar las fuentes de financiación de las pandillas y disputarles el reclutamiento de los jóvenes.
Bukele dispondrá del ejército en todo el territorio nacional para "patrullajes conjuntos de prevención, disuasión y aprehensión de delincuentes", con un énfasis en zonas fronterizas, perímetros de centros penales y de escuelas, de acuerdo con un decreto firmado por su antecesor, el expresidente Salvador Sánchez Cerén.
Por primera vez en décadas, iniciaremos un proceso masivo de reclutamiento en nuestra @FUERZARMADASV. Incrementaremos sus filas en 2,000 nuevos soldados, que nos ayudarán a combatir la delincuencia", escribió el mandatario en sus redes sociales, la noche del 16 de julio.
El pasado 16 de julio, Bukele anunció el reclutamiento de 2 mil cadetes para engrosar las filas de las Fuerzas Armadas; al día siguiente, realizó una convocatoria para que esta cifra aumente a 3 mil.
El gobierno pretende implementar programas de educación, salud, empleo, becas, deporte, arte, agua potable y vivienda, con la dirección de la Unidad de Reconstrucción de Tejido Social, creada recientemente en el Ministerio de Gobernación.
Informó que solicitará al Congreso que autorice 200 millones de dólares en préstamos para financiar las primeras tres fases de un plan de recuperación de territorios controlados por las pandillas, informó este miércoles el jefe de Estado.
El mandatario aseguró en una cadena nacional de radio y televisión que el ministro de Hacienda, Nelson Fuentes, presentará este jueves la solicitud de financiación de los primeros 91 millones de dólares para la segunda fase de su plan, lanzada el 2 de julio.
Con esta segunda fase por primera vez estamos coordinando todos los esfuerzos necesarios para atacar este problema (las pandillas) desde la raíz", aseguró Bukele.
El mandatario llamó a los 84 diputados del órgano Legislativo a dar sus votos para aprobar los primeros 91 millones de dólares para que "nuestra gente no huya por la violencia" y para "no tener otra generación perdida".
Bukele, quien no dio detalles de la tercera fase de su plan, aseguró que necesita 571 millones de dólares, de los que 375 millones "saldrán de ahorros presupuestarios y donaciones de países amigos".
Sostuvo que únicamente recurrirá a préstamos para los 200 millones restantes, de los que 109 millones servirán para la tercera etapa del plan.
El mandatario aseguró que con la primera fase, con la que se concentraron unos 6 mil policías y soldados en 17 municipios, se ha logrado interrumpir "el funcionamiento normal de las estructuras de pandillas", por lo que los homicidios "han bajado drásticamente".
No obstante, el Ejecutivo de Bukele se ha negado constantemente a revelar a la prensa la cifra consolidada de los homicidios, pese a las constantes solicitudes de información.
El Salvador es considerado uno de los países más violentos del mundo por las tasas de entre 103 y 50.3 homicidios por cada 100 mil habitantes registrados entre 2015 y 2018.
La mayoría de estos crímenes son atribuidos a las pandillas Mara Salvatrucha (MS13), las facciones Revolucionarios y Sureños del Barrio 18 y otras minoritarias.
Un estudio presentado por la Embajada de Estados Unidos en El Salvador en marzo de 2017 señala que el 62.4 % de los jóvenes que se han unido a las pandillas o "maras" en este país lo hicieron por "ocio" o "amistad".
Las pandillas, un fenómeno considerado como herencia de la guerra civil (1980-1992) y que se fortaleció con la deportación de pandilleros de Estados Unidos, han resistido a los planes de seguridad implementados en las últimas cuatro administraciones.