BARCELONA 18 DE OCTUBRE DE 2017 (La Silla Rota).- Dos ataques protagonizados por árabes radicales la tarde del jueves y madrugada del viernes han impuesto en esta ciudad corazón de Cataluña, un ánimo que mezcla el estupor con el coraje y el ánimo solidario.
Desde primera hora del viernes vecinos y turistas acudieron con carteles, flores y veladoras a la emblemática Rambla de Barcelona, cuyo acceso fue reabierto por la policía para peatones, no así al tráfico vehicular. Las muestras de duelo se expresaron especialmente en los 500 metros que la tarde del jueves recorrió una furgoneta -al parecer tripulada por un joven árabe de 17 años- atropellando a su paso a decenas de personas, 13 de las cuales murieron y 80 más resultaron heridas, muchas de ellas de gravedad.
Justo a las 12 horas, en la Plaza Cataluña, punto neurálgico de la ciudad ubicado a unos metros de la zona del atentado, el rey Felipe, el presidente del gobierno, Mariano Rajoy, autoridades locales y líderes políticos de todas las facciones encabezaron un minuto de silencio que unió a una multitud que acudió al lugar sorteando rumores ominosos y estrictos controles de seguridad.
Al minuto de silencio –secundado en las principales ciudades del país, edificios públicos, embajadas y consulado extranjeros- siguió un largo aplauso de la gente, entre gritos de "¡No tinc por (¡No tengo miedo¡, en catalán)¡". La gente se dispersó después por La Rambla en una manifestación espontánea en memoria de las víctimas y de repudio a los ataques.
Desde la mañana, ventanales de establecimientos comerciales y de domicilios privados amanecieron con carteles o letreros pintados con la misma frase.
Autoridades policiales informaron a La Silla Rota no tener reportes hasta el momento de ciudadanos mexicanos ubicados entre las víctimas, ni requerimientos de autoridades diplomáticas en busca de algún connacional reportado como desaparecido. Turistas mexicanos quedaron ayer aislados de sus hoteles por los cercos policiales impuestos en torno a La Rambla y debieron buscar alojamiento alterno, para lo que algunos fueron asistidos por el consulado en Barcelona. Un número no determinado de ellos estuvo alojado temporalmente en la sede del propio consulado.
En los primeros minutos del viernes, el terror se había expresado también en el municipio de Cambrils, Tarragona, dentro de la comunidad catalana, a 125 kilómetros al sur de Barcelona, cuando una furgoneta similar se precipitó en un andador turístico junto un club náutico tras ser detectada por agentes policiales que le habían marcado el alto. En el vehículo viajaban cinco presuntos extremistas, que causaron heridas a un número no determinado de personas, entre ellas varios policías.
Cuatro de los atacantes fueron abatidos en el lugar y uno más huyó por varios minutos antes de ser localizado por un helicóptero policial tras lo cual también fue abatido a tiros, pero antes apuñaló a dos mujeres, unas de las cuales fue reportada fallecida al mediodía de este viernes, lo que eleva a 14 la cifra total de víctimas mortales.
En Tarragona mismo, en los últimos minutos del miércoles una bomba explotó en una casa aislada y abandonada dentro de la población de Alcanar. Dos personas se hallaban en el interior, una de la cuales murió y la otra está hospitalizada grave. La policía ha ligado estos hechos con lo ocurrido en La Rambla y en Cambrils, reportando dos detenidos, pero sin aportar mayores detalles. Nada ha dicho tampoco del destino que estaba previsto para los explosivos que habrían estallado accidentalmente.
Acte central de condemna atemptats Bcn #PlCatalunya #Barcelona #Cambrils https://t.co/hmWcD3WxdZ
— Mossos (@mossos) 18 de agosto de 2017
El cuerpo de los llamados Mossos de Escuadra realizó decomisos y pesquisas en múltiples lugares, entre ellos en la población de Girona, al norte de Barcelona, donde habría hecho arrestos. Se reportó extraoficialmente que residentes de uno de los departamentos de ese edificio rentaron las furgonetas utilizadas en los atentados de Barcelona y Cambrils.
Vecinos de un edificio en la zona urbana declararon a medios locales haber visto a policías salir del inmueble con diversas cajas con contenido desconocido hasta ahora, presumiblemente documentos y computadoras.
Así arrancó el "día después" de Barcelona y España. Una ciudad y un país que tienen una larga historia común de terrorismo, desde ETA hasta Al Qaeda. Y sobre esos acontecimientos han logrado vencer. Ahora deberán intentarlo de nuevo. Y lo quieren hacer sin miedo.