MÉXICO 28 DE SEPTIEMBRE DE 2016 (La Silla Rota).- Shimon Peres, el último de los padres fundadores de Israel, y quizás uno de los líderes internacionales más apreciado a nivel mundial, una vez fue halcón pero fue precisamente ganó el reconocimiento por convertirse en paloma.
El ganador del Premio Nobel de la Paz falleció este martes 27 de septiembre de 2016 tras dos semanas en estado crítico debido a un derrame cerebral.
Dejó la presidencia de Israel en 2014 y desde entonces es un referente. Nunca abandonó la escena internacional, aunque los últimos meses se vio obligado a reducir sus viajes.
En consecuencia del gran aprecio que se le brindaba en el extranjero, los ex presidentes Bill Clinton y Mijail Gorbachov estuvieron presentes en la gigantesca fiesta por sus 80 años. El cineasta Woody Allen le mandó entonces un saludo “de un judío malo a uno bueno”.
Presente en la escena política desde la creación del Estado de Israel en 1948, Shimon Peres mostró una resiliencia a toda prueba.
Desde que en 2007 se convirtió en el noveno jefe del Estado de Israel, Peres utilizó esta función para promover la paz, al punto en que se convirtió casi en el único opositor al primer ministro de derecha Benjamin Netanyahu.
Pero esta figura histórica del Partido Laborista, movimiento que estuvo en los orígenes de la fundación de Israel, no siempre fue un hombre de paz.
Nacido en Vishneva (Polonia) en 1923, llegó 11 años más tarde a Palestina. Formó parte de la generación de dirigentes que participaron activamente en la creación del Estado de Israel.
Peres era considerado como uno de los halcones de los laboristas. Cuando fue ministro de Defensa, en la década de 1970, apoyó la creación de las primeras colonias judías en Cisjordania ocupada.
Era primer ministro cuando la aviación israelí bombardeó la localidad libanesa de Caná, un ataque en el que murieron 106 civiles en 1996, que le valió una travesía por el desierto.
Sin embargo, Peres logró ser reconocido como una paloma de la paz, al impulsar los acuerdos de Oslo, sellados en 1993 con la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).
El primer ministro de la época, Isaac Rabin, su gran rival en el seno del laborismo, todavía era muy escéptico con respecto a la vía diplomática para llegar a la paz, en la actualidad muy degradada, un plan que proyectaba la creación de un Estado palestino, que pondría fin a decenas de años de conflicto.
Su rol activo en las conversaciones le valió en 1994 el premio Nobel de la Paz, que compartió con Rabin y Yasser Arafat.
Pasó por casi todas las carteras del gobierno: dos veces jefe de gobierno, ministro de Relaciones Exteriores, de Defensa, de Información, de Transportes y de Integración.
Israel le debe a Peres su robusta industria armamentística y aeronaútica. Impulsor de la cooperación militar con Francia en los años 1950 es también considerado como el “padre” del programa nuclear israelí. Descanse en paz el halcón convertido en paloma.