MÉXICO DF 29 DE MARZO DE 2016 (LA SILLA ROTA).- Ante el ascenso imparable del magnate Donald Trump en la carrera por la candidatura por la presidencia de Estados Unidos, los republicanos todavía tienen una última carta para cerrarle el camino.
Para que un precandidato asegure la nominación requiere conseguir el apoyo de la mitad de los 2 mil 437 delegados que deciden al abanderado en una Convención nacional en julio. Y si esto no sucede, se da una convención abierta, en la que otra persona puede salir como favorita.
Hasta ahora, el magnate no tiene seguros los mil 203 delegados necesarios, según cálculos del sitio especializado en estadística electoral Five Thirty Eight.
Ello ha esperanzado a buena parte de la clase dirigente del Partido Republicano que, ante el tono estridente de la campaña del magnate, busca activamente llegar a dicha Convención para ungir a un candidato más cercano a la ortodoxia partidista.
Sin embargo, expertos advierten una grave crisis interna si un aspirante distinto a Trump se lleva la nominación.
Los opositores que tiene Trump dentro del mismo Partido Republicano temen que su retórica y campaña aleje a los votantes -tanto para Presidente como de otros puestos- durante las elecciones generales de noviembre.
Asimismo, expertos creen que una razón adicional para buscar derribar a Trump en la Convención es que los republicanos lo perciben como débil ante al Partido Demócrata.
Actual puntera para la candidatura de ese partido, la ex secretaria de Estado Hillary Clinton tiene una ventaja de al menos 12 puntos porcentuales sobre el magnate en un duelo hipotético, según un promedio de sondeos nacionales de Real Clear Politics.