Estados Unidos 13 de febrero de 2015 (animalpolitico.com).- El pasado 10 de febrero, el mexicano Antonio Zambrano Montes murió después de que tres policías de Pasco, en el estado de Washington le dispararán. Fue acusado de lanzar piedras a los agentes y huir al momento del ataque.
Según la policía de Pasco, el comportamiento amenazante del hombre de 35 años —productor de orquídeas y originario de Michoacán— causó que sus agentes abrieran fuego; aseguran que no pudieron someterlo con un arma de descargas eléctricas.
En video en YouTube, grabado por un residente, muestra el momento cuando Zambrano huye y es alcanzado, a corta distancia, por los disparos de los agentes y cae muerto.
Documentos de la Corte señalan que Zambrano fue arrestado a principios de 2014 después de que intentara tomar la pistola de uno de los elementos de seguridad y les lanzara objetos.
En tanto, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) condenó el fallecimiento del michoacano de 35 años y pidió que se investigarán los hechos donde “la fuerza letal es utilizada de modo desproporcionado, aún más cuando resultan en la pérdida de vidas”.
En un comunicado, la cancillería informó que el consulado de México en Seattle está en contacto con familiares de Zambrano, a quienes se les ofreció asesoría legal y asistencia consular hasta que se agoten todas las vías legales disponibles y concluya el proceso judicial.
El cónsul de México en Seattle envió una carta al Fiscal de Distrito del Condado de Pierce para solicitar una investigación que deslinde toda responsabilidad legal sobre ese incidente. También se envió una misiva al jefe de la Policía de Pasco donde se condena lo ocurrido y solicita conocer las medidas disciplinarias que podrán ser eventualmente impuestas a policías involucrados.
Familiares de Zambrano declararon al periódico Tri-City Herald que la policía se excedió y debería haber usado tácticas menos letales para someterlo.
En Pasco, una ciudad agrícola de 68 mil habitantes en el sureste de Washington, la muerte de Antonio Zambrano Montes es el cuarto incidente fatal con la policía local, desde mediados de 2014. En los tres casos previos la fiscalía absolvió a los agentes y a un oficial del alguacil que formaban parte de un equipo regional del SWAT.