“Estamos obligados a continuar luchando tras una pausa para lograr nuestra meta de destruir a Hamás”, señaló Netanyahu al programa “Los patriotas”, de la cadena Channel 14.
Tras la difusión de la entrevista, la Oficina del Primer Ministro envió un comunicado clarificando que “es Hamás quien se opone al acuerdo, no Israel”, ante las críticas surgidas hacia Netanyahu por sus declaraciones.
“El primer ministro ha dejado claro que no abandonaremos Gaza hasta el retorno de los 120 rehenes, vivos y muertos”, zanjó el comunicado.
En respuesta, Hamás publicó un texto insistiendo en que cualquier acuerdo debe incluir “una afirmación clara de alto el fuego permanente y una retirada completa de la Franja de Gaza” como “necesidad inevitable para bloquear los intentos de Netanyahu de evadir, engañar y perpetuar la agresión”.
La organización islamista aseguró que las declaraciones de Netanyahu “son una clara confirmación de su rechazo a la reciente resolución del Consejo de Seguridad y las propuestas del presidente Biden”.
La resolución, aprobada el 10 de junio, apoyó la propuesta de tregua del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, sobre la que Israel y Hamás negocian estas últimas semanas bajo la mediación de Estados Unidos, Egipto y Catar.
Este borrador estadounidense de acuerdo plantea, en su primera fase, un alto el fuego temporal en el que se produciría un intercambio parcial de rehenes (mujeres, ancianos y heridos), a cambio de cientos de presos palestinos.
Sin embargo, Hamás e Israel siempre chocan en la misma línea roja: el alto el fuego definitivo, una condición indispensable para los islamistas y algo inaceptable para Netanyahu, cuyos objetivos de guerra pasan primero por la destrucción de sus capacidades militares y de gobierno.
Sobre el curso de la ofensiva, el primer ministro dijo en la entrevista que “el escenario de alta intensidad de la guerra va a terminar” y ocurrirá “muy pronto”.
Los familiares de los rehenes reaccionaron a las declaraciones favorables al intercambio parcial de Netanyahu criticando que “terminar la lucha en Gaza sin liberar a los rehenes sería un fracaso nacional y un distanciamiento de los objetivos de guerra”.
Además, el movimiento antigubernamental israelí de las Banderas Negras convocó una marcha en Jerusalén el jueves a las 19:00 (16:00 GMT) contra el primer ministro, al que culpan de financiar a Hamás, provocar el 7 de octubre y no sacar de Gaza a los rehenes.
Este mismo colectivo bloqueó esta mañana una carretera de entrada a Tel Aviv, justificando que “los rehenes están abandonados en Gaza, el norte en llamas y otra guerra a punto de comenzar” mientras el Ejecutivo de Netanyahu “abandona” a la ciudadanía.
Otro colectivo, Changing Direction, protestó este lunes ante la sede del Hitadrut, la Generación Federal del Trabajo de Israel, para pedir la convocatoria de elecciones anticipadas y una huelga general en el país.
De los 251 secuestrados el 7 de octubre, quedan 116 cautivos, al menos 40 de ellos muertos según Israel -más de 70 según Hamás-; mientras que hay otros cuatro rehenes desde hace años, dos de ellos muertos.
Desde que comenzó la guerra, Israel y Hamás solo lograron un acuerdo de tregua de una semana a finales de noviembre, que permitió liberar a 105 rehenes a cambio de 240 prisioneros palestinos.