Nota: Guadalupe Castro Ayón
Fotos: Israel Martínez Páez
Video: Joebeth Terríquez
TIJUANA BC 18 DE AGOSTO DE 2013 (AFN).- Tijuana, ciudad de enormes contrastes, cuenta con gran cantidad de “Pasajes” que muchos no conocen y que otros han olvidado, pero que en otras ciudades del país, son vehículos importantes para el comercio y lugares para disfrutar de momentos de esparcimiento.
Destacados en décadas pasadas por ofrecer artesanías del país, con la entrada del nuevo milenio fueron decayendo junto con todo el esplendor turístico que caracterizó a la ciudad durante el siglo pasado.
Sin embargo, hace un par de años, un grupo de artistas se dio a la tarea de dar una nueva vida a esos espacios, que por la última década estuvieron en su mayor parte, completamente cerrados al público, por la crisis económica y la inseguridad en la ciudad.
Estos pasajes, en su totalidad se encuentran en la zona central de Tijuana y particularmente en la avenida Revolución, donde más turistas que mexicanos acostumbraban a visitarlos y a disfrutar de lo que ahí se vendía, aunque en muchos de los casos a precios elevados según algunas quejas.
Ya pasaron tres años desde que unos jóvenes de la ciudad se dieron a la tarea de encontrar un espacio cultural para presentar exposiciones, ferias y demás actividades relacionadas, señaló René Castillo, propietario de “El Grafógrafo” ubicado en el Pasaje “Rodríguez”.
El locatario recordó que se encontró con el movimiento, cuando buscaba un espacio para realizar una feria del libro usado y fue en ese peregrinar que se enteró de la disponibilidad del entonces abandonado pasaje.
En 2010, año de apertura, abrieron locales de venta de discos, libros y ropa, además de galerías y cafés, que durante los fines de semana recibían una gran afluencia de jóvenes que asistían a diversos eventos realizados en el “Rodríguez” que promovía un ambiente cultural y generaba recursos económicos.
Actualmente este pasaje continúa con su actividad y ha impulsado a otros micro empresarios a buscar nuevos espacios que den una nueva cara al turismo y una alternativa de recreación a los ciudadanos de Tijuana, como el “Gómez” y, en menor escala, el “Sonia”.
Durante un recorrido de AFN se observó que las cortinas de los locales ubicados en el pasaje “Gómez”, que conecta la avenida Revolución con avenida Madero entre calles Tercera y Cuarta, se levantaron alrededor de las 12 del día, a la vez que los propietarios colocaron bancas, sillas y demás decoración a lo largo del pasillo.
El pasaje ha estado abierto poco más del año y la encargada señaló que a pesar de la desolación que se observa a ciertas horas, todos los espacios están rentados o vendidos y defendió que es en las tardes cuando el lugar se llena de vida con tiendas de ropa, galerías, talleres de arte, cafés y estudios que durante el fin de semana reciben muchos visitantes.
Sin embargo, durante mucho tiempo los pasajes fueron conocidos por el comercio de artesanías y “mexican curios” que se exhibían en ellos, como ya se dijo, por lo que AFN entrevistó al presidente de la Sociedad de Historia de Tijuana y cronista de la ciudad, Mario Ortiz Villacorta quien narró sobre el inicio de estos famosos callejones.
Comentó que todo empezó en los años 20 cuando en Estados Unidos se prohibió la venta y consumo de bebidas alcohólicas, lo cual volvió a la ciudad en un punto de diversión y turismo norteamericano que, por la cercanía con Hollywood, albergaba a estrellas y personalidades, entre sus bares, casinos y restaurantes.
Durante las siguientes décadas, el turismo llegó a tal grado que la avenida Revolución, punto clave del desarrollo de la ciudad, se saturó, por lo que se buscaron alternativas de más espacio en la zona, habilitándose así, los pasajes.
El cronista histórico mencionó que de los aproximadamente 12 pasillos que existían, los más importantes fueron los antes mencionados, los cuales se convirtieron en un fuerte punto de entretenimiento con los restaurantes y espectáculos que se presentaban en ellos, dijo Ortiz Villacorta.
Tal fue el caso del Pasaje “Gómez” que durante más de 50 años tuvo en su entrada al famoso restaurante de comida mexicana “La Especial”, el cual sufrió el mismo destino que los demás locales, ya que no sobrevivió a la inseguridad y la crisis económica que azotaron a la región a principios del 2000.
Los pequeños callejones son parte importante en la historia de la ciudad, manifestó el historiador y le resultó agradable notar que actualmente existe una tendencia hacia su recuperación y la intención de dar un nuevo giro a los que en algún momento representaron para la ciudad una gran fuente de trabajo y turismo.