TIJUANA BC 17 DE DICIEMBRE DE 2025.- El Oscar al Mejor Largometraje Documental se ha convertido en uno de los reconocimientos más influyentes dentro de la industria cinematográfica. Cada año, la categoría destaca obras que no solo exhiben excelencia técnica y narrativa, sino que además iluminan conflictos, memorias y realidades que muchas veces quedan fuera de los discursos dominantes. Los documentales ganadores suelen tener un fuerte impacto emocional y social, ya sea por la crudeza de sus imágenes, la sensibilidad de sus historias o el compromiso periodístico que los sostiene.
En esta nota repasamos los cinco títulos más recientes que obtuvieron la estatuilla: No Other Land (2025), 20 Days in Mariúpol (2024), Navalny (2023), Summer of Soul (2022) y My Octopus Teacher (2021). Cada uno refleja una mirada única sobre el mundo contemporáneo y demuestra por qué el cine de no ficción es un espacio tan poderoso para comprender nuestra realidad.
El documental como herramienta de memoria y denuncia
El cine documental evolucionó de forma notable en las últimas décadas. Lejos de limitarse al registro informativo, hoy combina elementos del cine de observación, el periodismo, la investigación y la narrativa personal. Este cruce de lenguajes permitió que los documentales adquirieran una profundidad emocional y política que los vuelve indispensables para entender el presente. Ya no se trata solo de mostrar hechos, sino de contextualizarlos, ponerlos en diálogo con sus protagonistas y examinar las consecuencias humanas de esos sucesos.
Además, los documentales recientes se caracterizan por la valentía con la que abordan temas urgentes. Desde guerras contemporáneas hasta desigualdades sociales históricas, pasando por la recuperación de archivos olvidados o la relación íntima con la naturaleza, el género se volvió una herramienta de memoria que desafía a la desinformación y a los discursos superficiales. La selección de los últimos Oscar responde a esta tendencia: todas las obras premiadas invitan a reflexionar, conmoverse y repensar lo que se da por sentado. Son películas que trascendieron por su verdad, su calidad estética y su capacidad para amplificar voces que necesitan ser escuchadas.
No Other Land (2025)
Ganador del Oscar 2025, No Other Land es un documental realizado por un equipo conjunto de cineastas palestinos e israelíes: Basel Adra, Hamdan Balal, Yuval Abraham y Rachel Szor. La película registra el desalojo forzado de comunidades palestinas en Masafer Yatta, una región de Cisjordania que ha sido escenario de tensiones, violencia y desplazamientos sistemáticos. Su mayor fortaleza reside en su enfoque íntimo: en lugar de centrarse en cifras o discursos institucionales, observa de cerca la vida diaria de las familias afectadas, sus luchas, su resistencia y el dolor de perder sus hogares.
El film también tuvo un impacto significativo porque presenta una colaboración poco habitual entre cineastas de ambos lados del conflicto, lo que amplifica su valor político y humano. Es un registro valiente que expone injusticias estructurales sin recurrir a sensacionalismos y que invita a reflexionar sobre la dignidad, la pertenencia y los límites de la violencia estatal. No Other Land ganó el Oscar por su honestidad, su urgencia narrativa y su capacidad para generar empatía a través de un retrato profundamente humano.
20 Days in Mariúpol (2024)
Dirigido por Mstyslav Chernov, 20 Days in Mariúpol es uno de los testimonios más impactantes de la guerra en Ucrania. La película documenta, con una cercanía brutal, los primeros veinte días del asedio ruso a la ciudad de Mariúpol en 2022. El director, junto con un equipo mínimo de periodistas de Associated Press, registró hospitales colapsados, familias separadas, ataques indiscriminados y la desesperación de una población atrapada en una ciudad convertida en ruinas.
La fuerza del documental radica en su inmediatez. Las imágenes no son reconstrucciones ni explicaciones retrospectivas: son fragmentos de la realidad capturados en el momento exacto en que ocurren, en medio del peligro. Esa crudeza, combinada con la sensibilidad del relato, le valió el Oscar 2024. Es una obra que no solo informa, sino que interpela directamente la conciencia del espectador sobre el impacto humano de la guerra.
Navalny (2023)
Navalny, dirigido por Daniel Roher, sigue al líder opositor ruso Alexei Navalny luego de sobrevivir a un intento de envenenamiento en 2020. La película funciona en varios niveles: como investigación, como thriller político y como retrato íntimo de un hombre enfrentado a un régimen autoritario. A través de entrevistas, material de archivo y momentos cotidianos con el protagonista y su entorno, el documental revela el costo personal del activismo político en un país donde la disidencia puede significar la muerte.
La tensión narrativa es uno de sus mayores logros. El film mantiene un pulso constante, combinando rigor periodístico con un estilo cinematográfico que lo vuelve accesible y emocionante. Su impacto global fue enorme, y la Academia lo reconoció en 2023 por su valentía, su claridad y su capacidad para acercar al público internacional un caso que simboliza la lucha por la libertad de expresión.
Summer of Soul (2022)
Dirigido por Questlove, Summer of Soul rescata imágenes inéditas del Festival Cultural de Harlem de 1969, un evento histórico que reunió a gigantes de la música como Stevie Wonder, Nina Simone, Gladys Knight y Sly & The Family Stone. Lo sorprendente es que, a pesar de su magnitud, el festival había quedado prácticamente borrado de la memoria pública y de los archivos oficiales.
El documental se dedica a reparar esa omisión histórica. Combina actuaciones musicales extraordinarias con testimonios y análisis culturales que explican la importancia del evento para la identidad afroamericana. Es una celebración vibrante de creatividad, resistencia y comunidad. La Academia premió la película en 2022 por su excelencia en montaje, su relevancia histórica y su sensibilidad para recuperar un capítulo olvidado de la cultura estadounidense.
My Octopus Teacher (2021)
My Octopus Teacher, dirigido por Pippa Ehrlich y James Reed, es una obra profundamente emotiva sobre la relación entre un cineasta y un pulpo salvaje que habita en un bosque de algas sudafricano. Lo que comienza como una curiosidad evoluciona hacia un vínculo inesperado que revela la inteligencia, fragilidad y complejidad del mundo natural.
El documental destaca por su belleza visual, su sensibilidad narrativa y su capacidad para transmitir una conexión real entre especies. Ganó el Oscar 2021 porque ofrece una perspectiva novedosa sobre cómo los humanos pueden relacionarse con su entorno de manera respetuosa y contemplativa. Es una película que invita a detenerse y observar, recordando que incluso los ecosistemas más pequeños guardan historias extraordinarias.
Qué une a los documentales ganadores de los últimos años
A pesar de abordar temas muy distintos, los últimos documentales ganadores del Oscar comparten una misma pulsión: la necesidad de mirar el mundo con atención. Algunos denuncian violencias contemporáneas; otros recuperan archivos olvidados; otros buscan comprensión en la naturaleza o en la intimidad emocional. En todos los casos, se trata de obras que combinan verdad, rigor y un compromiso profundo con la realidad que retratan.
Estas producciones muestran que el cine documental se convirtió en un espacio donde la memoria, la justicia y la sensibilidad encuentran un lugar común. La tendencia de los últimos años revela una preferencia por historias que iluminan injusticias, celebran identidades culturales o recuperan voces silenciadas. Más que simples películas, son herramientas de conversación pública y piezas esenciales para entender el tiempo que habitamos.
Los documentales premiados recientemente demuestran que el cine de no ficción tiene un poder transformador único. Sus imágenes, palabras y silencios quedan grabados en la memoria colectiva, invitando a reflexionar sobre aquello que muchas veces se intenta ocultar. Cada uno de estos títulos aporta una mirada imprescindible sobre nuestro mundo, recordando que la verdad también puede ser un acto de creación.