MEXICALI BC 30 DE SEPTIEMBRE DE 2025 (AFN).- La Diócesis de Mexicali anunció la realización de una Misa Binacional, el próximo 12 de octubre en San Luis Río Colorado, Sonora; en el marco del endurecimiento de las políticas migratorias y el aumento de deportaciones en la frontera norte, anunció el obispo de Mexicali, Enrique Sánchez Martínez.
Explicó que la jornada incluirá una procesión desde San Luis, Arizona, hasta la Parroquia de la Inmaculada Concepción en la capital del Estado, como expresión pública de acompañamiento espiritual y denuncia moral ante la exclusión que enfrentan miles de migrantes.
“La esperanza nunca debe morir”, afirmó el obispo al convocar a comunidades religiosas de ambos países a sumarse a esta acción pastoral, que pretende visibilizar el sufrimiento de quienes han sido desplazados por la violencia, la pobreza o las políticas de retorno forzado de los países de origen.
En ese sentido, dijo el representante de la grey católica, la iniciativa se inscribe en una estrategia de la Iglesia católica para territorializar su labor humanitaria en la frontera, donde el impacto de las decisiones del presidente estadounidense Donald Trump ha dejado a cientos de personas varadas, sin acceso a servicios básicos ni garantías de protección.
En Mexicali, el padre Francisco Herrejón, informó que la diócesis mantiene operativos, en cuatro albergues temporales, donde se atiende a migrantes que han optado por permanecer en la ciudad en busca de una nueva vida. “La mayoría se queda, no sigue el camino. Aquí buscan rehacer su vida”, explicó.
Dichos espacios ofrecen alrededor de 200 raciones alimenticias diarias y funcionan gracias a redes de voluntariado, donaciones comunitarias y vínculos con organizaciones transfronterizas. La infraestructura representa una respuesta pastoral ante los vacíos institucionales en materia de refugio, salud y asistencia jurídica.
La misa binacional no solo será un acto litúrgico, sino también una declaración pública de solidaridad, resistencia y exigencia ética frente a las políticas que fragmentan familias, criminalizan la movilidad humana y deshumanizan el tránsito migratorio, concluyó el sacerdote.