TIJUANA BC 17 DE SEPTIEMBRE DE 2025 (AFN).- En México, la política de contención migratoria ha generado efectos complejos y preocupantes, ya que no ha estado acompañada de mecanismos adecuados de protección, generando que se desborde la capacidad de albergues, hospitales y autoridades locales, y esto ha propiciado un crecimiento urbano desordenado en ciudades fronterizas como Tijuana, impactando tanto la infraestructura como los servicios públicos y la vida cotidiana de las comunidades, señaló la abogada especialista en derecho migratorio, Josefina Orozco.
Orozco advirtió que, a nivel estadounidense, el endurecimiento de las políticas migratorias ha derivado en fronteras más militarizadas, uso intensivo de tecnología de vigilancia, restricciones al asilo y deportaciones masivas, generando graves consecuencias como separación de familias, desaparición de migrantes en rutas de cruce y altos costos humanos.
Durante su exposición ante integrantes de la Asociación Política de Baja California (APBC), la especialista destacó que la migración es un fenómeno histórico y multifactorial, impulsado por la pobreza, la desigualdad, la violencia, la corrupción y los desastres naturales.
Puso como ejemplo a los migrantes haitianos que llegaron a Baja California tras el terremoto en Haití, quienes lograron establecerse y contribuir a la economía local, demostrando que una migración ordenada es posible y beneficiosa para las comunidades.
La abogada también subrayó el impacto económico de la migración, ya que las remesas son un motor clave para muchas comunidades mexicanas, aunque generan dependencia; mientras que la fuga de talento profesional hacia Estados Unidos y Europa limita las oportunidades de desarrollo regional; y por su parte, los migrantes en Estados Unidos sostienen sectores esenciales como la agricultura y los servicios, pagan impuestos y emprenden negocios, aunque reciben salarios menores y tienen acceso limitado a servicios públicos.
Orozco enfatizó que la migración debe abordarse como un desafío, pero también como una oportunidad. Propuso que políticas de desarrollo en los lugares de origen, educación, salud, infraestructura y apoyo a emprendedores permitan avanzar hacia una migración más ordenada, segura y con beneficios compartidos en ambas fronteras.
“Los migrantes no se van porque quieran, la mayoría lo hace por necesidad. Informarnos y actuar desde nuestras trincheras puede marcar la diferencia”, concluyó.
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