Asoma nuevo rostro del Rio Tijuana
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Asoma nuevo rostro del Rio Tijuana

Tijuana BC - viernes 10 de julio de 2020 - AFN.
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Información, Video y Fotos: J. Enrique García Sánchez

TIJUANA BC 10 DE JULIO DE 2020 (AFN).- Adictos, narcomenudistas, personas sin hogar, migrantes “atorados”, y delincuentes, empezaron a perder esta semana sus insalubres guaridas y refugios, que por años sirvieron incluso como tiradero de cadáveres, al transformarse la fisonomía del Canal del Rio Tijuana, la obra más emblemática del desarrollo de esta frontera, y con ella, el nacimiento de su nuevo epicentro económico y social.

A pocos metros del cruce fronterizo más importante entre México y los Estados Unidos, y entre nauseabundos olores provenientes de un añejo y permanente derrame de aguas negras y desechos químicos hacia territorio norteamericano, el canal del rio Tijuana con su imagen de modernidad nunca pudo eliminar el rostro de la precariedad que caracterizó a esta sección de la ciudad.

Se trata de la primera etapa del desarrollo urbano rio Tijuana, ocupado en los años sesenta y setenta primero por yonkes y viviendas erigidas entre el lodo, en el seno de una traza urbana anárquica e improvisada, invadida por precaristas recién llegados de otros confines del país, como parte de la afluencia migratoria que convirtió a Tijuana en la ciudad con mayor crecimiento demográfico del país durante décadas. 

Poblada con viviendas a base de cartón, laminas, tarimas u hojas de triplay, “Cartolandia” fue hábitat natural de los deportados, que se asentaron cerca de la línea internacional con la intención de intentar por vez primera o de manera persistente, el cruce ilegal hacia la Unión Americana, y terminaron quedándose a vivir en un sitio donde no todos depositaron sus raíces, traídas de los tradicionales municipios expulsores de migrantes del país.

Tras el inicio de las obras de la canalización en 1972, y la reubicación de “Cartolandia”, personas en condición de calle convertidas en delincuentes y consumidores de drogas, incluidos migrantes desgastados por los intentos inútiles de cruzar al vecino país, terminaron ocupando las desembocaduras de los drenajes pluviales subterráneos provenientes de las partes altas de la ciudad.

En no pocos casos su hábitat se convirtió en su tumba, víctimas de pleitos entre sí, o de una sobredosis, y sus improvisados refugios entre los arbustos crecidos desde el año 2013, (última vez que se hicieron trabajos de limpieza y mantenimiento), sirvieron de escondite tras persecuciones policiacas.

Según la Fiscalía General de Justicia del Estado, en 2018 se cometieron en el canal 23 homicidios, para el año 2019 la cifra subió a 29 y en lo que va del año 2020 la cantidad de víctimas se mantiene a la alza con un total de 21 personas.

Convertido en escondite de quienes cometen robos en las márgenes del canal, el Rio Tijuana y el arroyo Alamar han sido escenario de captura de 132 acusados de narcomenudeo en 2018, 121 en 2019 y 83 personas en lo que va del año 2020.

Según explicó Salomón Faz, titular de la Secretaría para el Manejo, Saneamiento y Protección del Agua en Baja California (Seproa), los trabajos han requerido del apoyo de la policía para resguardar al personal que realiza las tareas de limpieza, debido a las amenazas y agresiones provenientes de quienes viven en el lugar. La zona, dijo, “ha sido una cajita de sorpresas, hay cosas que yo no imaginé que existieran”.

Bastaron cuatro días para que recovecos y refugios desaparecieran, dejando desnudas las losas de concreto que cubren los 70 metros de ancho, que tiene el fondo del canal, como parte del proyecto que pretende no solamente desaparecer toneladas de lodo, piedra, basura, y desechos de improvisadas viviendas.

Calculado para un máximo de 60 días, el programa costeado por el gobierno estatal y la Comisión Nacional del Agua (Conagua), logrará varios objetivos al final del mismo: eliminar escondites de vagos, malvivientes y delincuentes, acabar con el foco de insalubridad que ahí se exacerba por el flujo de aguas negras y desechos químicos, y desaparecer el azolve que en algunos puntos alcanza los 80 centímetros de altura, así como las zonas de tupida selva desarrolladas en tramos de la segunda y tercera etapa del rio así como el canal del Arroyo Alamar.

El crecimiento de maleza y arbustos que alcanzan hasta los dos y tres metros de altura, han provocado incluso daños estructurales a las losas de concreto, y aunque estos no son aún de gravedad, deberán ser reparados en ese lapso.

Con esta última acción, ha dicho el gobierno estatal, se retirarán obstáculos para el libro flujo del agua de lluvia, que en la temporada más alta podría aumentar los riesgos de desbordamiento y daños a los recubrimientos del canal.

Al cumplirse la primera semana de iniciado el operativo, se prevé el retiro de los primeros 13 mil metros cúbicos materiales, de un total de 300 mil que se calcula existen en los 10 kilómetros del Canal del Rio Tijuana y tres en el canal del Arroyo El Alamar.

Dos máquinas retroexcavadoras recogen y alimentan a un total de nueve góndolas y 15 camiones de volteo, para el traslado de los desechos a la abandonada planta que Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana operó en Punta Bandera, y que por años ha sido una gran fuente de contaminación hacia el Océano Pacifico.

En los próximos días habrán de incorporarse a la tarea otras dos empresas para avanzar simultáneamente en varios frentes, considerando que la Comisión Nacional del Agua tendrá a su cargo la limpieza del canal del arroyo Alamar.

Aun cuando la limpieza del canal es responsabilidad de la Conagua, por ser zona federal, el estado ha decidido compartir el proyecto y cubrir la mitad del costo, con recursos recuperados del cobro a empresas que evadieron el pago de agua y derechos de conexión. “No podemos echarnos la bolita”, dijo el gobernador Jaime Bonilla, al justificar el proyecto por razones de seguridad pública y seguridad sanitaria.

Según el doctor Alonso Pérez Rico, Secretario de Salud del Estado, la acumulación de aguas negras que corren por el canal, son responsables de criaderos de mosquitos portadores de enfermedades tan graves como el dengue, y la propagación de enfermedades de la piel y ojos, así como trastornos gastrointestinales.

“Esto nos va a lavar la cara”, aseguró por su parte Salomón Faz, toda vez que las obras del canal del rio Tijuana, principalmente en la zona cercana a la Garita de San Ysidro, constituyen la primera imagen que recibe de la ciudad el visitante extranjero, y usualmente es una imagen acompañada de olores fétidos que invaden el desarrollo urbano de la primera etapa, en la llamada “zona dorada”, así promovida por los industriales del ramo inmobiliario.

Justo ahí se ha detonado en los últimos cuatro o cinco años, el desarrollo vertical de Tijuana, en un boom caracterizado por hoteles, condominios, oficinas y la aparición de clínicas y hospitales que forman parte del denominado “cluster médico”.

Este es un sector de servicios de salud que ya genera millones de dólares al año por la derrama de pacientes estadunidenses y mexicoamericanos que encuentran en el lado mexicano de la frontera, mejores y más económicos servicios con cargo a sus aseguranzas.

El proyecto de limpieza y mantenimiento del canal no solamente ofrecerá otra perspectiva urbanística visualmente atractiva. El compromiso del gobernador del Estado, es evitar a través de la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana, el derrame de aguas negras al canal y hacia las playas de Imperial, con lo cual se resolverá el problema de contaminación que ha provocado un conflicto binacional y ha dañado gravemente la relación entre comunidades vecinas.

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