CIUDAD DE MÉXICO 18 DE ABRIL DE 2016 (Agencia).- Vicente Fernández sigue siendo el rey de la música ranchera y la noche del sábado quedó claro que es el dueño de todos los corazones mexicanos.Humilde, emotivo, sin temor de llorar a la menor demostración de cariño por parte de su público, energético y visiblemente contento. Así se despidió de los escenarios, en el Estadio Azteca. El alma bravía del jalisciense, de 76 años, contagió de energía a 80 mil fans, según cifras de organizadores, desde las 21:20 horas que salió, acompañado de un ensamble de 53 músicos (27 miembros de orquesta y 26 mariachis).
Dice adiós a lo grande, Vestido de manera impecable con un traje de charro con estoperoles, sombrero y un moño de seda con las iniciales "VF”, el intérprete no aguantó la emoción ante los gritos de su público."Muchísimas gracias, queridos amigos. Yo siempre he creído que en este mundo habemos dos clases de gentes: los ricos muy pobres y los pobres muy ricos. Gracias a ustedes, un ignorante como yo ha logrado tener una buena vida, pero hay cosas que no se regalan ni se consiguen en todos lados, como el cariño que ustedes me tienen.
"Esa es la herencia que le quiero dejar a mis hijos, que el día que Dios me recoja, ellos me digan: tuvimos un padre que trabajó mucho para darnos lo que tenemos y que fue capaz de caer muerto en un escenario con tal de llevarse a la tumba lo que más adoraba en esta vida. Su cariño, su respeto y sus aplausos”, señaló con la voz entrecortada, mientras todos se ponían de pie.Aunque con constantes problemas de audio y lapsos en los que a Fernández se le olvidaban las letras de sus canciones, como en "Mujeres Divinas”, el hecho de escuchar temas como "Que Te Vaya Bonito”, "Si Acaso Vuelves” y "Lástima que Seas Ajena” hizo vibrar a sus fans.