Japón 24 de mayo de 2015 (SDPNoticias).- Ariana Miyamoto acaba de ser elegida Miss Japón y su sueño no es ganar Miss Universo ni hacer carrera como supermodelo, sino abanderar la lucha contra la discriminación de los nipones mestizos, una minoría en uno los países con mayor homogeneidad racial.
Es hija de una japonesa y un estadounidense afroamericano y su elección ha sido una auténtica revolución en el país del sol naciente, donde ha suscitado una enorme polémica al ser la primera 'hafu' (vocablo japonés proveniente del inglés 'half', que significa 'mitad') que conquista el título nacional de belleza y representará al país en el certamen internacional.
Su vida no ha sido fácil. La peor etapa fue la escuela primaria, donde algunos compañeros de clase se negaban a tocarla o a darle la mano "porque decían que les iba a manchar", o se salían de la piscina cuando ella se sumergía, cuenta.
"Ahora he aprendido a sacar partido al hecho de ser diferente. Ser 'hafu' ha sido una ventaja para ganar Miss Japón", admite Ariana, de piel morena, ojos almendrados y pelo rizado que suele llevar recogido en un moño.
Aun así, ha tenido que soportar comentarios racistas en medios de comunicación y redes sociales por no ser 'junsui' ('pura', en japonés) y no ajustarse al ideal de belleza nacional: piel pálida, pelo liso y rasgos delicados.
"Me lo esperaba y, aunque me sigue dando rabia, ya estoy acostumbrada", afirma con naturalidad, en una entrevista con Efe. Piensa que habría recibido menos críticas de haber sido mitad asiática y mitad blanca en lugar de tener ascendencia negra.
"He nacido y me he criado en Japón, y tengo pasaporte y nacionalidad japoneses. Me siento japonesa de corazón", asegura, aunque confiesa que durante la adolescencia viajó a EEUU, país de procedencia de su padre, en busca de sus raíces. Cuando volvió, ella tenía claro que sus raíces están en Japón. "No me gustaba tener el corazón japonés y el cuerpo de otro sitio. Al irme a vivir a EEUU, descubrí que soy realmente japonesa", señala.
Sus problemas son compartidos por muchos 'hafu' en Japón, que en 2013 supusieron el 1,9 por ciento de todos los nacimientos en el país asiático, según datos oficiales. Es mismo año, los matrimonios mixtos (entre un ciudadano japonés y un extranjero) supusieron el 3,3 por ciento del total, un porcentaje que se ha multiplicado por cuatro desde la década de 1980. Esta tendencia contrasta con la caída demográfica que sufre Japón en los últimos años, debido al envejecimiento de su población y a la baja tasa de natalidad.
En este contexto, Ariana cree que es necesario "un cambio de mentalidad" para poner fin a la discriminación de los "hafu' y ha decidido utilizar su creciente fama para dar voz a quienes sufren discriminación en Japón por ser mestizos. "Por mucho que hiciera activismo sobre el racismo como persona, no me prestarían la misma atención que si lo hago cómo Miss", asevera.
"Mi objetivo es trabajar contra el problema de la discriminación en Japón, y si tengo la ocasión, en el resto del mundo", dice la joven, quien confiesa que le gustaría ganar el título de Miss Universo "para tener aún más impacto".