TIJUANA BC 21 DE NOVIEMBRE DE 2019 (AFN).- Baja California y el Istmo de Tehuantepec poseen gran potencial para habilitar granjas eólicas, pero hacen falta programas concretos que incentiven el uso de energías limpias para combatir el fenómeno de calentamiento de la Tierra, sostuvo el maestro José Luis Reyes Reyes.
El también investigador del Instituto Politécnico Nacional (IPN) planteó que la emisión de gases de efecto invernadero se incrementó de manera significativa a partir de la Revolución Industrial por el incremento en el uso del carbón para operar las fábricas en Gran Bretaña.
Afirmó que “frente al uso de otros combustibles fósiles que a la postre aumentó la temperatura terrestre, lo cual arrastró efectos nocivos para la vida y el equilibrio ecológico, es imperante buscar fuentes renovables –solar, eólica, geotérmica, de la marea o la biomasa– con el fin de reducir la emisión de ese gas”.
En el ciclo de conferencias “La ciencia en tu universo”, organizadas por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), manifestó que “la actividad industrial consume grandes cantidades de petróleo o carbón, que generan dióxido de carbono, lo que ha convertido a Estados Unidos, China y Gran Bretaña en los principales emisores de contaminantes, ya que producen 50 por ciento de uno de los principales fluidos causantes del aumento de la temperatura de la atmósfera”.
Dijo que “los ciclos del carbono y del agua son vitales para mantener el equilibrio del ecosistema, sin embargo por el aumento en la temperatura se han roto o acelerado en ciertas regiones del planeta”.
En su conferencia Energías renovables y el cambio climático, explicó que “si bien al respirar los seres humanos generamos bióxido de carbono –uno de los principales causantes del efecto invernadero–, al morir lo devolvemos a la Tierra”.
Reyes Reyes abundó que en condiciones normales dicho proceso permitió que la temperatura terrestre oscilara los 14 grados centígrados, condición que hizo posible el establecimiento de la vida.
El 47 por ciento de la radiación solar que llega a la superficie es absorbida y remitida en forma de radiación infrarroja para mantener un equilibrio entre temperatura y energía recibida.
Desde 1980, el deshielo de los glaciares del Polo Norte ha ido anulando el efecto reflejante de la radiación solar del círculo polar ártico mientras que en el glaciar Kyetrack del Himalaya gran parte del hielo ahora es agua, “por lo que si continúa el calentamiento en forma tan acelerada es muy probable que la península de Yucatán sea cubierta por el mar”, concluyó.