“La verdad es lo que es, y sigue siendo verdad aunque se piense al revés”. Antonio Machado
Por mucho que uno quiera rebatir algo con los fundamentos de las creencias y conocimientos humanos adquiridos, llega el momento de reconocer que lo absoluto siempre ha existido de manera inmutable y perfecta, por más que se quiera acomodar a la propia realidad.
En mi experiencia personal, desde que comencé a estudiar más a fondo la Biblia y el libro “Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras”, descubrí que Dios y todo lo referente a Él es bueno, perfecto, por ende, divino no humano, aunque uno quiera adaptarlo a lo que más convenga.
Leyendo algunos comentarios acerca de la telenovela “Moisés y los 10 mandamientos”, he notado que se piensa que Dios sí puede actuar de manera vengativa, así como también sin compasión, pero, si Dios es absolutamente bueno, ha existido desde siempre y es perfecto, es inconcebible que pueda actuar de esa forma.
Quiero destacar que en el Antiguo Testamento hay distintas maneras de llamar a Dios, tales como Jehová Dios, Yahvé u otros. En el Génesis 1:1,31 dice: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra.” “Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera.” En el Éxodo, o salida del pueblo hebreo de Egipto, se habla de Jehová en donde se le atribuye y recae en Él las causas del pesar humanos.
Una manera clara de ver esta distinción la tuvo el profeta Elías cuando se encontraba refugiado en una cueva por amenazas de muerte, durante el reinado de Acab de Israel, y fue llamado por Dios a un monte en donde tuvo la visión de terremoto, viento feroz y finalmente un silbo apacible y delicado en donde se manifestó Dios.
Puede ser que surja la pregunta: ¿por qué vienen entonces todos esos males?
Para mí la respuesta es simple: así como en las Matemáticas hay reglas, en la vida diaria uno también se debe atener a reglas básicas del Amor. Hacer el bien, amar y perdonar son claves para lograr la libertad, sana convivencia y felicidad. Para experimentar armonía en la vida y sanar, uno tiene que aceptar y entender las leyes del Amor divino.
Desear el bien ya es un gran paso y mejor aún si se intenta y quiere comprender más al Amor. El concepto que se tiene acerca de Dios hace una gran diferencia. Reconocer la supremacía, la bondad divinas y asignar al Amor toda omnipotencia, omnipresencia y omnisciencia brinda bienestar.
Claudia Honorato integra el Comité de Publicación de la Ciencia Cristiana para Chile y escribe reflexiones acerca de la conexión que existe entre los pensamientos y la vida.
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