Palco de Prensa
Por: Gilberto LAVENANT
Quien acaparó la atención de políticos y no políticos, el día de ayer, aquí en Tijuana, lo fue el exPresidente Vicente Fox. El mismo que hace unos días tuvo la osadía de decir que su parte pensante –lo que sorprendió a quienes suponían que no tenía cerebro- le decía que quien ganaría la contienda presidencial sería Enrique Peña Nieto y que solo con un milagro podría, su compañera de partido, Josefina Vázquez Mota, ganar estas elecciones.
La aseveración en tal sentido, dió lugar a severas críticas y descalificaciones de parte de los dirigentes de su partido blanquiazul e incluso amenazas de posibles sanciones. Hasta la posible expulsión.
El motivo de su presencia en Tijuana, fue para ofrecer una conferencia a los estudiantes del Cetys Universidad, denominada “Retos y oportunidades para los jóvenes mexicanos en el Siglo XXI”.
Los periodistas, pues no desaprovecharon la oportunidad y lo entrevistaron. Sabían que sus declaraciones podrían generar controversia. Y, como dice el chiste, el niño es risueño, y le hacen cosquillas.
Definitivamente, Fox sigue siendo el mismo. El vaquero simplón y ocurrente que en el 2000 llegó a la Presidencia de la República, logrando lo que nadie había logrado en 70 años : sacar al PRI de Los Pinos. Bueno, no todo el mérito fue de Vicente y sus promesas de cambio, sino que gran parte de esto lo logró el propio PRI, con excesos, libertinaje, corrupción y tantas cosas.
Dos cuestiones básicas abordó. Primeramente, aclaró que ya no tiene colores, o sea que es apartidista, en tanto que desarrolla programas científicos y culturales con su Centro Fox y que no puede ligar a ningún partido. Sin embargo, dijo que, aunque su corazón sigue siendo azul y que está con Josefina, es objetivo y tiene que hablar con la verdad respecto al proceso electoral. Que por ello dió como ganador a Peña Nieto.
Por lo tanto, reiteró lo que ya había dicho respecto al milagro electoral y Josefina, pero otorgó a la candidata panista el beneficio de la duda, pues señaló que el milagro podría darse en los dos meses que faltan de campaña. O algún tropezón, dijo.
El otro aspecto que abordó, fue lo que como ciudadano espera que sea México en los próximos seis años. Se pronunció en contra de la narcoguerra, aunque la refirió como inseguridad y violencia, y dijo que se debe cambiar la estrategia, que violencia genera más violencia, que debe haber paz y amor. Casi parecía promotor de la campaña de Andrés Manuel López Obrador y su República Amorosa. Casi.
Dentro de esta estrategia, para acabar la violencia y la inseguridad, se pronunció a favor de legalizar todas las drogas y advirtió que los cigarros y el alcohol provocan más muertes.
Fox pretende que se dé libertad a todo individuo para consumir drogas, si ese es su deseo, pero bajo determinada regulación, como el no conducir automóvil bajo los efectos de las mismas. También dijo que la mujer debe ser libre de decidir qué hacer con su cuerpo y con el producto de la concepción en su vientre. Cuando se le advirtió que planteaba situaciones que eran contrarias a los postulados del PAN, dijo que siempre las cosas nuevas generan controversias.
En la conferencia con estudiantes del Cetys Universidad, manifestó que sería un sueño que el Estado acabe con el crímen organizado, pero dijo que la estrategia para combatir al crímen organizado, debe ser de manera diferente.
Señaló que arremeter en una guerra contra el crímen organizado, traer a los soldados a las calles y atacar con violencia, no ha funcionado.
También dijo que la guerra contra el narcotráfico ha sido un absoluto fracaso. Seguramente con esto, en estos momentos Felipe Calderón está más que molesto.
Explicó que la guerra en México, siendo diferente, no debe ser tanto en contra del consumo de drogas, sino contra la corrupción, la violencia y el crimen organizado, que no se ha podido resolver, pues ni se ha disminuido el consumo, ni el índice de criminalidad, los homicios, ni los decomisos de drogas.
Los periodistas le “hicieron cosquillas” para que hablara de política, uno de sus temas favoritos, y le cuestionaron sobre el por qué la candidata panista, Josefina Vázquez Mota, no ha despuntado en las encuestas. Sin titubeos, Fox respondió de manera directa que el partido –el PAN- algo no ha hecho bien.
Y fue más allá, dijo que las acciones del PAN y de los gobernantes emanados de este partido, son los que han originado el descontento de la población y la pérdida de confianza que ahora los lleva a no ser los favoritos para la silla presidencial en los próximos comicios.
Como “poniendo el dedo en la llaga”, le prgeuntaron, de manera directa, cuáles eran los errores que el PAN cometió, para que actualmente su candidata presidencial, Vázquez Mota, no repunte, y como que ya no quería abundar más al respecto, pues lamentó “de por sí traigo así a los azules” y no obstante respondió que algo no ha funcionado bien o muchas cosas no han funcionado bien, “…para llegar al punto donde estamos”.
Por cuanto a la acusación de traidor, que le hicieron cuando refirió lo del “milagro”, para que ganara Josefina, dijo que lo único que quiere es llevar a su partido –el PAN- a una nueva visión.
La presencia de individuos como Fox en las instalaciones del Cetys Universidad, -antes estuvo Salinas de Gortari, en Mexicali-, ha generado severas críticas para los directivos de esa institución educativa, tan renombrada, pues se advierte que no son los mejores ejemplos que pueda haber para los universitarios.
Pero para quienes Fox fue un visitante incómodo, fue para los propios panistas, en especial para los candidatos a Diputados Federales y Senadores, que no encuentran cómo calentar sus campañas. A diferencia de Salinas, que muchos priístas fueron a “tomarse la foto con él”, los blanquiazules rogaban para que Vicente concluyera su visita. Sobre todo que dejara de hacer declaraciones contrarias al PAN y a su candidata presidencial.
Seguramente muchos panistas se quedaron con las ganas de gritarle : ¡Cállate chachalaca”, como lo hizo Andrés Manuel López Obrador, en marzo del 2006, en plena campaña presidencial y siendo Fox Presidente de la República. Vicente es un ejemplo claro de que una campaña no basta para conocer a un candidato. Y seis años, son demasiados para tolerar sus desvaríos y frivolidades.
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