Palco de Prensa
Por: Gilberto LAVENANT
Pocos, realmente muy pocos, se han percatado que el sector empresarial también le entra a la onda electorera. Casi semejante a lo que hacen los políticos : prometer y no cumplir. Como subirse al ring a lanzar bravatas y a la hora de la hora, simplemente escabullirse por ahí.
Hace unos días, Jorge Escalante Martínez, Presidente de Coparmex en esta frontera, manifestó que los mexicanos deben contar con “memoria histórica” de las promesas de los candidatos, de cualquier partido, que buscan ocupar un cargo político, así como el cumplimiento que le dan a éstas y el modo en que gobiernan, a fin de que el voto de la sociedad sea uno “razonado”. Bueno, así dicen que dijo.
A la vez, el dirigente empresarial dió a conocer que han puesto en marcha la campaña “Votaremos por los mejores…los cuidaremos como los peores”. El lema, en sí, resulta temerario y demagógico. Cual si fuesen políticos en campaña.
Habría qué observar, que esta postura, aparentemente rígida, inflexible, cuestionadora, es pasajera, temporal, como la calentura, se quita una vez que concluye la jornada electoral. Ahí es donde se dá lo demagógico de la campaña.
En principio, vale, si, como lo dijo el propio Escalante, pretenden incentivar a los ciudadanos a que también, una vez que los ahora candidatos, resulten electos y entren en funciones, tengan esa memoria y que les digan : -Eso es lo que prometiste, quiero saber si estás cumpliendo lo que me prometiste.
En cuanto a la finalidad de esto, señaló que el beneficio es saber y exigir el cumplimiento, y si no se cumple, ya tener un criterio para la otra vez. De acuerdo a tal planteamiento, los ciudadanos deben acordarse de las promesas escuchadas en campaña y ya en funciones, verificar si las cumplen. En base a esto decidir si en una próxima contienda, se vota por tal o cual político.
Prácticamente todos los políticos mienten. Recientemente, un reportaje publicado en el periódico capitalino, Milenio, concretamente el lunes 9 de abril del presente año, se señaló el bajísimo rendimiento en comisiones en la Cámara de Diputados, pues de 4 mil 492 iniciativas turnadas, sólo han dictaminado 813, teniendo un rezago de 3 mil 679.
En campaña, los políticos que buscan una posición en la Cámara baja, o en la alta, que para el caso es lo mismo, pregonan : -Si usted me favorece con su voto, de llegar al Congreso de la Unión, voy a representar sus intereses, voy a gestionar más recursos para esta zona donde usted vive y mejoraremos todos los programas sociales.
El tiempo se lleva las promesas y nada pasa. De acuerdo con el registro actualizado, indica Milenio, hasta el pasado 29 de marzo, en la Gaceta Parlamentaria, el pleno camaral ha turnado a las referidas comisiones 4 mil 492 iniciativas desde el 1 de septiembre de 2009, pero solamente han sido dictaminadas 813, o sea, 18 por ciento del total.
El lema de la campaña patronal electoral, reza : -“Votaremos por los mejores…los cuidaremos como los peores”, pero los resultados indican que, al menos a los legisladores por Baja California, Coparmex los tiene muy descuidados. Algunos de ellos andan por ahí presumiendo cuando una o dos iniciativas de ellos, es aprobada.
Pero como el prometer no empobrece, en toda campaña, los políticos siguen prometiendo, haciendo promesas que no cumplen. Por ello nadie los quiere. Los propios empresarios les asignan calificaciones muy bajas. El pasado fin de semana, el periódico capitalino El Universal, publicó un reportaje en el que se observa que los legisladores, son los peor evaluados por los empresarios.
De un universo de 400 encuestados, indica, en el caso de los diputados federales, 44% consideró que su labor es mala frente al entorno económico que vive el país. En el caso de los Senadores, la calificación pésima bajó de 38% a 32%, lo que significó un incremento del concepto de malo, que subió de 39% a 42% en un año. Considerando pésimo como peor que malo. Entonces, ¿de qué sirve, votar por los mejores, si realmente no se les vigila como los peores, o simplemente no se les vigila?
Volviendo a la campaña en mención, el dirigente de Coparmex manifiesta que ésta se puso en marcha en las 82 representaciones patronales en el país, desde el pasado 27 de marzo, con el firme objetivo de promover el voto en la sociedad. En este sentido, es valioso el esfuerzo que realizan. Pero más valioso sería, si esa intención de incentivar a los ciudadanos, se lleva al plano de la exigencia cuando los políticos están en funciones.
En alguna ocasión, de manera un tanto tibia, Coparmex ha convocado a los legisladores en funciones, para que éstos informen lo que estén haciendo. Hasta ahí. Quizás presumen que con eso ya cumplieron sus proclamas electorales : -“Votaremos por los mejores…los cuidaremos como los peores”.
Que se sepa, nunca se han atrevido a hacer reclamo alguno a funcionarios como el Gobernador José Guadalupe Osuna Millán o el Alcalde Carlos Bustamante Anchondo.
Que se sepa, nunca los han “…cuidado como los peores”, como amenazan, sentencian o afirman durante los procesos electorales.
Han surgido asuntos de enorme trascendencia, que los coparmexianos y los integrantes de los demás organismos de la sociedad, sean colegios de abogados, ingenieros, arquitectos, contadores y demás, ven pasar, pero no se involucran, no exigen a las autoridades correspondientes claridad, honestidad y justificación en las acciones correspondientes.
Que se sepa, nunca reclamaron el que el alcalde panista Jorge Ramos, haya concesionado a particulares terrenos adyacentes al Palacio Municipal, para estacionamiento público, invadiendo una calle y áreas de uso público. Si lo hicieron, lo han de haber hecho en voz baja, para no molestar a los funcionarios involucrados. A ellos tampoco los cuidaron, como los peores.
Asuntos como la proliferación de casinos, la maquillada seguridad pública, el proyecto de el llamado Zócalo que se pretende “sembrar” en una zona desarrollada urbanísticamente al 100%, el refinanciamiento de las deudas del gobierno local, la problemática salarial y de incremento de la nómina de gobiernos estatal y municipales.
Mientras Coparmex no dé muestras claras de que su campaña va más allá de la actitud que deba asumirse en un proceso electoral, votar por los mejores políticos y vigilarlos como los peores, se debe considerar a ésta como una simple campaña electorera.
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