Los recuentos.
Por: Gilberto LAVENANT
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Desde diversos puntos de vista, analógicamente, la política se puede comparar con muchas actividades humanas. El juego de canicas, por ejemplo. Juego básico de niños y hasta de jóvenes, cuando aún no existían los juegos electrónicos, tan absorventes y tan enajenantes.
Dos o más jovencitos, o niños, podían estar jugando durante mucho tiempo. Partido tras partido. Hasta que se cansaban y entonces, cuando decidían retirarse, cada quien contaba sus canicas, para ver quien de ellos traía más, respecto del número con las que había iniciado, o quien con menos.
En eso basaba el poder saber, quien había ganado y quien había perdido. No quien había ganado mayor número de partidos, sino quien, al terminar de jugar, tenía más canicas. Incluso, algunos no jugaban con cualquiera, en especial con aquellos que tenían mala fama, los tramposos, los mañosos, a quienes advertían : -Contigo no juego, ni a las canicas, porque me las robas. Y es que las canicas eran baratas, pero sumamente valiosas para los jugadores.
Tomando como referencia el juego de canicas, en política no importa tanto si se gana o se pierde, una elección estatal o municipal, sino saber que al hacer el recuento de los votos, el número fue mayor que los de comicios anteriores. Si el número actual, es menor que el de elecciones anteriores, entonces van a la baja, están perdiendo, y eso les preocupa.
Si al hacer un recuento de votos, el número es superior a los registrados en comicios anteriores, pues entonces, a pesar de la derrota, se reconfortan, se consuelan, porque estiman que van avanzando, recuperando el terreno perdido.
Ciertamente son importantes las contiendas estatales o municipales, y el número de posiciones logradas, pero sumando números, de cada Estado o Municipio, es importante saber que tienen suficientes “canicas” para lograr triunfos relevantes en encuentros de mayor trascendencia, como lo serán los comicios presidenciales del 2012.
Los resultados de los comicios recientes del Estado de Guerrero, que implicó la derrota del candidato priísta a la gubernatura, pareció un serio descalabro para el PRI. Días después, al hacer el recuento de los daños, así como de los votos alcanzados a nivel estatal y por distrito, comparados con comicios anteriores, los priístas sacaron, en conclusión, que aunque perdieron, ganaron, porque lograron avances importantes.
Los priístas se defienden y califican de superficiales a quienes han considerado que los resultados de las elecciones para Gobernador en el Estado de Guerrero, han sido un retroceso para el tricolor.
Aseguran que al analizar los números de la contienda, se pueden percatar que independientemente de la victoria obtenida por Ángel Heladio Aguirre Rivero, Senador Priista y candidato triunfante, bajo las siglas del PRD-PT-Convergencia, los votos obtenidos por la Coalición Tiempos Mejores Para Guerrero, integrada por el PRI-PVEM-PANAL, fueron muchos más que los logrados por dichos partidos políticos en las últimas elecciones en este estado.
Explican que mientras que los partidos Revolucionario Institucional, Verde Ecologista y Nueva Alianza, obtuvieron en total 465,819 votos, en el 2008, en los comicios celebrados en días pasados, dicha coalición obtuvo 512,830 votos, o sea, ganaron 47,011 votos más que hace tres años. Igual que como en los juegos de canicas.
Al respecto observan que, en un análisis más a fondo, también se resalta, que hubo un aumento en las simpatías, en al menos 20 distritos electorales, en los que hace tres años obtuvieron números inferiores, para el PRI-PVEM-PANAL.
Por ejemplo, citan que en el XIII Distrito de Guerrero, en el 2008 los tres partidos solamente obtuvieron 13,053 votos, y en esta ocasión, la coalición logró 23,043 sufragios, o sea 10 mil más. Afirman que lo mismo ocurrió en cuando menos 11 distritos electorales, donde, a comparación de hace tres años, la Coalición Tiempos Mejores Para Guerrero ganó la simpatía de por lo menos tres mil guerrerenses más, en cada circunscripción.
Sin embargo, se duelen los priístas, por diversos factores que consideran inclinaron la balanza electoral, días antes de los comicios, entre ellos el declive del candidato de Acción Nacional, Marcos Parra, acusaciones falsas, por narcotráfico, en contra de Manuel Añorve, candidato de la alianza PRI-PVEM-PANAL, el que supuestamente Miguel Ángel Osorio Chong, gobernador priista en Hidalgo, le “regaló” a su compadre Heladio Aguirre, candidato ganador, 20 millones de pesos y otros factores más, entre ellos la intervención de Manuel Ebrard.
Aunque perdieron la gubenatura, los priístas se consuelan, advirtiendo que 47 mil votos que ganó la coalición PRI-PVEM-PANAL, son importantes, pues recuerdan que en los comicios presidenciales del 2006, Calderón se impuso por tan solo 243,934 votos contra Andrés Manuel López Obrador, y concluyen diciendo que, en términos matemáticos, esos 47 mil votos adicionales que obtuvieron en Guerrero, valen mucho, porque cuentan para el acumulado nacional.
Dicho en otras palabras, el ganar o perder elecciones estatales o municipales, aunque duele, no es tan importante como el saber “con cuantas canicas” terminan cada comicio, que acumuladas, les podría garantizar el triunfo en la presidencial del 2012. Bueno, eso dicen ellos. Falta un año para corroborarlo.
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