Palco de Prensa
Por: Gilberto LAVENANT
Aunque parezca una exageración, y con todo y que digan que en gran parte es un producto mercadológico, el mexiquense Enrique Peña Nieto representa un fenómeno político. No es tan culto como parecía, su carrera política es incipiente, no es propiamente un modelo de hombre, adolece de las fallas de muchos mexicanos, como la infidelidad, su discurso no es tan trascendente como el de otros políticos y sin embargo, su “raiting” es altísimo.
En una de las últimas encuestas, pese a que hay quienes observan y advierten que estas se hacen a la medida del cliente, Peña Nieto aparece a la cabeza en las preferencias electorales, con un 47%, seguido por Josefina Vázquez Mota, con un 22%, antes de resultar electa candidata presidencial del PAN, y en tercer lugar Andrés Manuel López Obrador, con un 18%. El peje tiene más de 6 años en campaña. Luego de su discutida derrota ante Felipe Calderón, hizo una breve pausa y casi de inmediato reanudó su carrera presidencial. Hizo lo que Manlio Fabio Beltrones y dijo : mañana, vuelvo a empezar.
Siendo México, un país de pobres, con más de 50 millones de mexicanos en pobreza extrema, lo natural sería que López Obrador estuviera en el lugar de Peña Nieto en las preferencias electorales. Sin embargo, anda volando bajo, como en la canción de Pedrito Infante. Casi invariablemente aparece en el tercero y último lugar. Bueno, en algunas llega a ocupar el segundo, pero de cualquier forma, a una distancia enorme de Peña Nieto.
Presume que ha recorrido dos veces el territorio nacional, ha prometido resolver todos los problemas de México, ha dicho que no es posible que el nuestro sea un pueblo pobre, con políticos ricos, cambió se discurso agresivo por uno color de rosa, todo amoroso. Y ni así.
A Peña Nieto, se le conce más que todo por lo que de él se ha dicho en las revistas de espectáculos. Bueno, también por algunos escándalos o especulaciones que le relacionan con hechos bochornosos, tanto privados como públicos. El fallecimiento de su anterior esposa, su boda con la actriz Angélica Rivera, mejor conocida como “Paloma”, el caso de la muerte de la niña Paulette, su supuesto parentezco y relación con el también mexiquense
Arturo Montiel, su relación con el Grupo Político Atlacomulco, en el que era figura destacada el profesor Carlos Hank González, padre de Carlos y Jorge Hank.
Su forma de pensar y hablar, es poco conocida, no obstante que desde hace varios años se le perfilaba como destacada figura para la carrera presidencial del 2012. Empezó a desencantar un poco, a medida que empezó a abrir la boca. El desliz de la Feria Internacional del Libro, en Guadalajara, cuando no supo responder a la pregunta relativa a los 3 libros leídos y que hayan marcado su vida.
Un viejo discurso con un inglés pésimo y el ventilar públicamente detalles de su vida privada, como el hecho de haberle sido infiel a su anterior esposa, le pintaron de carne y hueso y mostraron que es un ser humano común y corriente. Todo lo cual, aparentemente, en nada le perjudicó.
En el PRI, había otros, como el propio Manlio Fabio Beltrones, con mayor solidez y experiencia política, al grado de que éste aseguró que podría ser mejor. Sin embargo, nunca pudo ser un rival de peligro, de forma tal que tuvo que declinar en sus aspiraciones políticas.
Bueno, hasta el hecho de que es priísta, el partido que gobernó durante 70 años a México, del que se dicen tantas cosas nada agradables y que los contrarios lo pintan como una seria amenaza para el país y para los mexicanos en general, lo que podría ser un factor de demérito para el mexiquense, pero que por el contrario, no merma para nada su alto grado de preferencia electoral.
Ahora, se agrega a la contienda la diputada federal con licencia, Josefina Vázquez Mota, un producto del foxismo-calderonismo, que con todo y su valor, agregado al hecho de ser mujer, no le alcanzan los bonos para igualar a Peña Nieto. Apenas rebasa a López Obrador, lo que muestra que la nueva versión del peje, no ha convencido a muchos mexicanos. Lo consideran un “lobo, con piel de oveja”. Que lo “amoroso”, solo de “dientes para afuera”.
A Peña Nieto, el político con cara de niño bonito, le pueden cargar todos los defectos y fallas por haber, pero sigue manteniendo su posición en el “ranking” político electoral. Los priístas le observan con cuidado y están al pendiente de sus actividades, temerosos de que incurra en nuevos errores, que se sepan de su vida cosas desconocidas hasta ahora, que le ocasionaran una caída estrepitosa. Pero no ocurre nada, sigue ahí, en el primer lugar.
¿A qué se deben entonces, las preferencias electorales a su favor? ¿Será simplemente su imagen personal, el aspecto estético, su juventud, su atractivo varonil? La verdad es que los analistas políticos tienen que “quebrarse la cabeza”, para decifrar este fenómeno político. Tal vez podría decirse a su favor, que no parece ser el clásico o tradicional político mexicano, embustero, rollero, con ínfulas de cacique de rancho. Tal vez.
Quizás le beneficia, ante la advertencia aquella de que “más vale malo por conocido, que bueno por conocer”, que los mexicanos se hastiaron muy pronto del PAN, que fue un magnífico partido cuando era simplemente oposición, pero que ya en el poder, incurrió en todo tipo de excesos, frivolidades, actos de corrupción. 12 años, fueron demasiados.
Por cierto, hoy martes 7 de febrero, el mexiquense estará en Mexicali. Por fin lo conocerán los bajacalifornianos en persona. Al menos los que asistan a alguno de los actos en los que estará presente.
A manera de broma, comentan que las instrucciones para quienes deseen estar presentes, en especial para las priístas, son de que se abstengan de llevar celulares, cámaras digitales o videograbadoras, pues hay un contrato de exclusividad con una teevisora nacional. Que tampoco lleven libretas de autógrafos, pues no está contemplado espacio para ello. Que ni siquiera piensen en la foto del recuerdo. Prohibidas las exclamaciones de admiración. Las medidas de seguridad serán extremas. Es casi una estrella del medio artístico, aunque nunca ha filmado ni siquiera una telenovela. Sin embargo, es la sensación del momento.
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