La pequeña UABC II.
Por : Gilberto LAVENANT
Al referir, aquí en Palco de Prensa, bajo el título : “La Pequeña UABC”, que las excelentes y modernas instalaciones universitarias, no son tan grandes como nos parecen, en tanto que las autoridades universitarias se niegan a inscribir a 16 jóvenes, incumpliendo con ello resolución judicial emitida para tal efecto, destacados universitarios, cuyos nombres me permito omitir, se comunicaron con el columnista, vía correo electrónico, para hacer observaciones al respecto.
Los universitarios que se comunicaron con el columnista, al advertir que no se escucha que alguien convoque a las autoridades en general, de los tres niveles de gobierno, a una junta de trabajo, a un foro o a un encuentro, para discutir esto, señalan que el tema es complejo y que definitivamente no corresponde solamente a la UABC resolverlo. De los comentarios, la respuesta del autor de “Palco de Prensa”, fue la siguiente :
Hablar, reconocer y entender que la UABC es una universidad pequeña y recordar que hace 40 años los jóvenes de entonces lucharon por tener al menos una aula donde estudiar y que hoy que se tienen enormes complejos universitarios, muchos quedan fuera y ni siquiera por la vía judicial logran hacer valer su derecho a la educación, en tanto que muchos miles, cada año, quedan a la deriva en el pretendido camino de la superación, y la autoridad máxima de nuestra Casa de Estudios, simplemente se concreta a decir que ya no hay cupo y muchos otros adoptamos el papel comodino de simples espectadores, es realmente preocupante.
Como preocupante es saber que hay en el país más de 57 millones de pobres, que lo que perciben apenas si les alcanza para sobrevivir, que los jóvenes, incluso con título profesional, no encuentran quien les contrate, y los políticos se la pasen peleando por ostentar y usufructuar el poder público, y nosotros simplemente jugando el papel de espectadores, lamentando o criticando, pero sin aportar nada.
El tema dá para mucho. Pero concretándo con el caso de la UABC. Muchos lucharon para crearla. Muchos nos hemos beneficiado con su creación y pareciera que para los universitarios es solo un detalle en la vida. Nosotros ya la hicimos, que se frieguen los que vienen atrás. Allá ellos si no encuentran espacio.
Lo que está ocurriendo es que pareciera que el destino nos está alcanzando y vamos a regresar al pasado, en que muchos vivían en la opulencia, pero mucho más vivían sometidos, en la esclavitud, quedando reducidos a la condición de simples cosas, cuando los animales eran más valiosos que los seres humanos. De ahí derivan las revoluciones, las luchas armadas, en la búsqueda de mejores condiciones de vida.
Yo no digo que la UABC sea la única responsable de atender y solucionar la demanda de educación superior. Ni tampoco que sacrifique su calidad educativa. Lo que digo es que se deben buscar fórmulas de solución, como el optar por instalaciones un tanto modestas y abrir espacios, en la medida de las posibilidades. Si revisamos el curriculum de individuos como Mungaray y Cuamea, podremos percatarnos que son extraordinarios. Pero su preparación ha sido costeada por la propia universidad. Lo menos que están obligados a hacer, es coadyuvar en el análisis de la problemática universitaria y social, convocar a todos aquellos que puedan aportar ideas, elaborar proyectos y hacer el esfuerzo hacia su realización.
Pareciera que el diluvio está cerca, aunque muchos, ya tienen el agua hasta el cuello, en tanto que otros ya sucumbieron, yacen en el fondo del mar. Los que estamos arriba del barco, simplemente nos jactamos de que ya la hicimos, logramos ponernos a salvo. Pero olvidamos que fuera del barco, aún hay miles y miles que desesperados esperan que alguien les lance al menos un modesto salvavidas, para seguir luchando, antes de que les traguen las turbulentas aguas. Se nos olvida, que entre esos miles, hay hermanos nuestros, hijos, sobrinos, amigos o simplemente desconocidos, pero que son seres humanos y aspiran y merecen mejores condiciones de vida. Para muchos, el salvavidas lo es la educación superior. Pero el Rector, de manera simplista, dice que ya no hay cupo, y no mueve un dedo para apuntar opciones.
Mi trabajo periodístico es modesto, pero me anima el propósito de despertar conciencias adormiladas, perezosas, que son sumamente valiosas, pero que demeritan su valor cuando no aportan nada a la sociedad a la que pertenecen.
Tengo una frase que advierte : Si quieres conocer el mundo, cierra los ojos y percíbelo a través del resto de tus sentidos. Estamos tan acostumbrados a ver, que lo que vemos ya no nos sorprende. Cuando aprendamos a utilizar los demás sentidos, estaremos más concientes de nuestra realidad y quizás surja en nosotros la preocupación y la intención de aportar algo para atender y resolver la tan compleja problemática social.
Los exhorto, para que al menos convoquen a un foro de análisis de la problemática social, a partir del papel que juega la UABC en nuestra realidad social. De ahí, plantear opciones y voltear hacia los responsables del tema educativo, entre muchos otros, para advertirles, como dijo Javier Sicilia : !Ya basta ! !Estamos hasta la madre ! de indolencia, de negligencia, de importamadrismo, de cinismo, de frivolidad. Irónicamente, Alonso Lujambio, Secretario de Educación Pública, anda más preocupado por su futuro político, que por el estado que guarda la educación de los mexicanos. Meros chambistas y zanganos.
Solo falta agregar, que todos los egresados de la UABC, e incluso los que aún no egresan, o aquellos que cursaron estudios profesionales en otras instituciones, públicas o privadas, locales o foráneas, deben armarse de valor, como lo hizo un puñado de jovencitos hace 40 años, parar luchar por ensanchar o ampliar el número de oportunidades para quienes desean seguir el camino de la superación, a través del estudio, como advertía, antes de engrosar a las filas del crímen organizado.