LA BUFADORA
El Mosquito

ENSENADA BC 29 DE DICIEMBRE DE 2025.- Además del tesorero municipal, el director de Comunicación Social y quizás el oficial mayor de gobierno, serán las posiciones que estará decidiendo al inicio del año la alcaldesa de Ensenada, Claudia Josefina Agatón Muñiz.

Los nombramientos de posiciones clave, de acuerdo con el argot político que nunca para, han sido precedidos por una sombra de sospecha respecto al mando que obedecen los designados, localizados en la capital del Estado y no tanto en el cuarto piso del Palacio Municipal.

Fuera de ello, resulta importante abordar los criterios que usará la primera edil para sus nombramientos, a sabiendas que donde sí ha tenido mano, ha sido como una forma de replegarse en su pasado, su trayectoria y los aliados del camino.

No hace falta recurrir a ejemplos de la historia nacional para establecer que el líder puede, entre elegir a los mejores que él, o subordinados. Ha pasado lo uno y lo otro.

Aún así, los técnicos de la tesorería y de la oficialía mayor, están obligados a conocer de su materia, independientemente de quien los recomiende.

Por eso, la alcaldesa tiene entre las primeras opciones establecer si, privilegia lealtad o capacidad, experiencia o inexperiencia, probados o por probar y proveniente de grupos sociales o grupos políticos. Ese es su privilegio; esperemos a saber qué decide.

Por lo que corresponde al área de Comunicación, aquí es importante hacer una pausa.

Esta posición tan estratégica pocas veces se ha entendido.

El titular no necesariamente es un experto en marketing como para buscar que se le conozca y reconozca positivamente.

Tampoco es necesariamente un “consultor político” que dirige campañas.

Mucho menos es un redactor de boletines al por mayor, sin ton ni son para dar cuenta de cada paso que da él o la gobernante.

El jefe de esta oficina administra un presupuesto, personal y recursos para que el Ayuntamiento -no sólo el jefe de la comuna- se comunique apropiadamente con la sociedad. No hay más.

¿Tacto?, sí. ¿Conocimiento del entorno y los personajes?, también.

¿Estratega?, deseable. Sentido común por favor y que sepa, eso sí, lo que está bien y lo que está mal. Mínimo.

El banderazo de 2026

La elección de 2027 ya empezó, pero con toda la formalidad el partido dominante -en posiciones de gobierno-, iniciará su proceso con los denominados “coordinadores de la 4T” en los estados para ponerle la máscara al “tapado” que encabezará sus candidaturas locales al gobierno de Baja California. Esa es la verdad, aunque en el discurso se diga lo contrario.

En Baja California los que más de mueven por la gubernatura son: Jesús Alejandro Ruiz Uribe, Ismael Burgueño Ruiz, Armando Ayala Robles, Alfredo Álvarez Cárdenas, Julieta Ramírez Padilla, Claudia Agatón Muñiz y Fernando Castro Trenti.

Según enterados del movimiento guinda la designación ocurrirá en febrero del año venidero y el género de la candidatura correspondería a un hombre. Eso es lo que, como decimos, corre entre mentideros.

Más allá de todas esas ilegalidades, el anticiparse a las campañas no le ha valido a Morena para verse mejor, como debiera esperarse.

Este partido, como todos aquellos cuya posibilidad de acceso al poder es alta, ha despertado ambiciones y bajos instintos, como ocurre con el poder casi por naturaleza.

Los golpes bajos son de diversa índole, pero Morena en Baja California ha mostrado, como ninguno otro que le haya antecedido, más rigor en las vendettas políticas y personales, contra los suyos, su militancia o sus aliados.

Una larga cadena de denuncias, comparecencias, acusaciones e inhabilitaciones, abusos de poder han recorrido el espectro de ex funcionarios de los órdenes municipal y estatal.

Lo que falta por ver no es menor. La fecha se acerca y los finalistas ya saben quiénes son. Las encuestas que conocemos no son las que tienen en sus oficinas centrales de la Ciudad de México. Sus alianzas ya son conocidas y sus lealtades también.

Por sus métodos, Morena está por reescribir el formato de la selección de candidatos, con un perfil distinto al pasado morenista, luego de su muy accidentado inicio con tómbolas y cuates.

Si bien los acordeones pintan muy mal el espíritu democrático, su selección de candidatos podría abrir una brecha en la formación de grupos en el Estado, un ala que le de mayor cercanía a quien manda en Palacio Nacional, sin que implique pugna, pero sí algo distinto. ¿Podría ser?

Esta columna no refleja la opinión de Agencia Fronteriza de Noticias, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor