DESDE MI SOFÁ
Por: Obed Silva

TIJUANA BC 28 DE DICIEMBRE DE 2025 (AFN).- En el calendario gregoriano que rige al mundo moderno hoy es el último domingo del 2025 y, gracias al apoyo de la Directora de AFN, con está colaboración cumplo otro ciclo anual.

Para muchas personas los 365 días que contienen los doce meses del año transcurren de manera lenta y para otros muy rápida. 

Con el paso de los años y mientras se va envejeciendo, la percepción del tiempo es distinta aunque esté siga siendo el mismo. 

Durante la niñez la navidad se ve muy lejana, en la adolescencia las vacaciones de verano tardan mucho en llegar, en la juventud el tiempo es lo que sobra, en la madurez administrar el tiempo es prioridad y en la vejez el tiempo transcurre a gran velocidad.

La forma en que percibimos el tiempo es uno de los aspectos que marcan el ritmo de nuestras vidas. 

Eruditos filósofos y científicos han elaborado textos para explicar el tiempo, mientras que los poetas han escrito obras para entenderlo.

Los antiguos griegos explicaron el tiempo a través del temible dios Crono. Padre de Zeus, Crono era un gigante que devoraba a sus hijos que representaban el tiempo que pasa irrepetible e irrecuperable. 

El tiempo que el dios sanguinario devora va restado a cada instante lo que nos quede de vida.

Pero los griegos también tenían un dios para definir la otra perspectiva del tiempo; Kairos, un ser pequeño y calvo con un solo mechón de pelo en la frente.

Según la mitología griega, si la persona era capaz de agarrarse del mechón en el momento preciso la suerte le sonreía pero si tardaba, sus manos resbalaban y perdía esa maravillosa oportunidad de ser feliz.

De ahí surgió la expresión popular de "la ocasión la pintan calva".

Nos construimos con el tiempo, a cada lapso de tiempo y por las decisiones que con el tiempo, forman nuestra experiencia vital.

El tiempo domina nuestra vida.

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Esta columna no refleja la opinión de Agencia Fronteriza de Noticias, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor.