Gushsan
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La quietud y la templanza en la acción constante provocan formas que nuestro cuerpo expresa a través de posturas, cuando estás parado o descansando, el tipo de mirada y los movimientos de las manos no son poses de ego o de arrogancia, los sensibles lo notan, lo ven y lo sienten, aunque no lo digan, la irradiación de tu energía llega a todos los seres vivos.
El tono de la voz y la mirada penetrante se funden en tu mensaje llegando a los oídos de quien escucha con atención tocando sutilmente su conciencia a través de lo etéreo donde hace eco y resuenan en los acordes de la melodía inconfundible que emana el silencio interno.
El verdadero guerrero no dice soy más fuerte que tú, pues su fortaleza no viene de un don, se ha hecho fuerte por necesidad y por decisión propia para no sufrir más por lo que acontece fuera de él.
Mientras otros se quejan y piden ayuda en su caos paralizante, él se calla y avanza saciando su sed inquietante de conocimiento de sensibilidad a través de la introspección en la soledad conectando con la verdadera fuente.
Aprendiendo a estar consigo mismo y ser feliz con lo que se es hoy y con lo que se tiene agradecido simplemente por existir.
Su fuerza no viene de ningún linaje sino de su propia decisión del análisis y control de sus emociones y reacciones como consecuencia del sacrificio pleno y honroso de la labor cumplida, de la experiencia que el tiempo forja, porque ya fue enemigo, fue sombra, fue rival combatiendo como espada.
Pero ahora ha elegido ser escudo, ya no pide respeto se lo gana, no pide ser líder se convierte en uno, tampoco pide ser maestro pues su atrevimiento lo ha llevado a serlo, investigando, aprendiendo en la acción constante mientras respire su cuerpo, cuando incluso los más poderosos dudan, él está listo para lo que sigue y como venga simplemente por anteponer su intención y enfrentar en la acción lo que se tenga que enfrentar con un objetivo inconfundible, seguir adelante sin importar cuan destrozado se sienta.
El poder no puede ni debe ser garantía de presencia o de decisión certera, de respeto ni de empatía.
Todos sin excepción somos la mezcla de hábitos aprendidos junto a la energía cósmica casi siempre incomprensible al principio. Nuestras acciones son el resultado de estos trucos aprendidos como cualquier mascota combinados con nuestra energía divina, aceptándola simplemente y abrazando la realidad de lo que se es.
Entrénate con trucos nuevos para sustituir lo que no disfrutas y mejorar los hábitos que te funcionan, vive la experiencia de vivir aquí y ahora.
La depresión es el resultado de arrastrar pensamientos desde el pasado y la ansiedad; es el exceso de pensamientos proyectados al futuro. Una película que nos hacemos y quizás no llegará.
La paz y la quietud de la conciencia al igual que la templanza vienen de aceptar en lo que nos hemos convertido por nuestra propia decisión, aceptando la realidad tal cual es.
Nuestras vidas y decisiones, así como la trayectoria cuántica viven en cada momento y en cada punto de cada intersección, cada encuentro sugiere con una nueva posible dirección potencial.
Ayer mi vida iba en una dirección, pero hoy toma otro rumbo si yo quiero.
Ayer jamás hubiera hecho lo que hice hoy, ya que esta fuerza modifica el tiempo y el espacio, altera y cambia el concepto que tenemos de nosotros mismos, esta energía existe desde antes de nuestro nacimiento y continuará hasta nuestra muerte.
No podemos evitar las dificultades en esta vida física material, pero sí podemos tomar control de cómo reaccionamos ante ellas.
Gushsan
Investigador de diversos temas, polímata y artífice holístico.
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Gushsan es una artista plástico que le gusta investigar y reflexionar sobre diversos temas.
Esta columna no refleja la opinión de Agencia Fronteriza de Noticias, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor.
