DESDE MI SOFÁ 
Por: Obed Silva

TIJUANA BC 29 DE JUNIO DE 2025.- Desde el nacimiento del IFE en 1990, antecesor del INE, esté órgano electoral hace una evaluación después de cada elección, con el propósito de mejorar el subsecuente proceso electoral.

Evaluar y corregir, es lo que permite que al término de cada proceso electoral sea posible la actualización y modernización de la función electoral en México.

Ejemplos de lo anterior hay muchos y las experiencias vividas en los recientes procesos electorales 2023-2024 y 2024-2025, ofrecen una riquísima cantera de oportunidades para continuar el perfeccionamiento del sistema electoral mexicano.

En la semana que concluye, la Presidenta Sheinbaum manifestó su intención de presentar al Congreso de la Unión una reforma a las leyes electorales, desatando de inmediato la discusión pública.

Los adversarios de la derecha se apresuraron a difundir la idea de que con la reforma electoral anunciada por la Presidenta, se pretende eliminar el INE.

Lo cierto es que durante la clásica “mañanera”, Claudia Sheinbuam profundizó en su opinión sobre la conveniencia de sustituir la figura de los denominados diputados de lista o plurinominales por una que represente de manera genuina la voluntad popular.

El argumento que sostiene la mandataria para tal propuesta es que los diputados “pluris” no hacen campaña en territorio, esto es, no piden el voto a los ciudadanos casa por casa.

En mi opinión el argumento es válido, sobre todo si consideramos que el actual modelo de representación de las minorías, fue pervertido por los partidos políticos, convirtiéndolo en la vía para la sobrevivencia de las elites partidistas. 
 
En otras entregas he referido que la gran reforma política pendiente en México es la relativa a los Partidos Políticos.

El lastre que representan los Partidos para nuestra incipiente democracia es de tal tamaño que anula cualquier intento de profundizar en el impulso de una mejoría en la vida democrática de los mexicanos.

Las conductas vinculadas a un pasado autoritario que el país quiere dejar atrás, no solo sobreviven en los partidos políticos sino que se han hecho más fuertes pues se han adaptado a los cambios a través de la simulación y prácticas de corrupción.

La reforma electoral que anunció nuestra Presidenta, debe de ser una profunda cirugía que produzca el surgimiento de una democracia participativa en la que la voz de los ciudadanos sea el mandato que los gobernantes deben cumplir.

Quienes se asustaron con la intención presidencial, deben de saber que cualquier reforma política-electoral que el actual Congreso de la Unión apruebe, aplicaría hasta la elección de 2030. 

De aquí al 2030, seremos testigos de cómo los personajes políticos, de todos los Partidos Políticos buscarán mantener sus privilegios, haciendo hasta lo imposible para no perderlos.

NOMAS POR JODER:
 
La Presidenta de México ha sostenido que la propiedad privada está garantizada, pero en Baja California los diputados morenistas la quieren vulnerar, limitando el derecho de los propietarios a administrar sus bienes inmuebles como mejor les convenga.

Esta columna no refleja la opinión de Agencia Fronteriza de Noticias, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor.