Lépero y mugroso.
Por: Gilberto LAVENANT
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Muchos se sintieron tranquilos, relajados, por la salida del controvertido Julián Leyzaola Pérez de Baja California. Y estos, no son precisamente los delincuentes y los malandros en general, a quien “robocop” llamaba despectivamente “mugrosos”.
No, de ninguna manera. Los que se sentían tranquilos eran los periodistas, quienes cubren las fuentes policiacas y que tenían que soportar las majaderías de ese “mugroso” exmilitar metido a policía, en especial cuando se lo topaban en el sitio de un hecho criminal y de inmediato los corría del lugar, dizque porque alterarían la escena del crimen.
Pero la aparente tranquilidad terminó muy pronto. Otro “mugroso” exmilitar, metido a policía, a quien ya empiezan a identificar como “Leyzaola II”, y que responde al nombre de Gustavo Huerta Martínez, que se ostenta como Secretario de Seguridad Pública Municipal, aquí en Tijuana, lució su lenguaje de carretonero, contra periodistas que acudieron a la delegación Cerro Colorado, a tomar fotografías y nota de un atentado contra dos mujeres.
En cuanto llegó al sitio, “Leyzaola II”, a grito abierto, con majaderías, ordenó correr del lugar a los “mugrosos” periodistas.
La “escuela” que le dejó su antecesor y padre putativo, hizo engrandecer a este modesto individuo, que Tijuana no merece tenerlo como jefe policiaco.
La ignorancia de este sujeto, no le permite entender y reconocer, que la labor periodística es una de las más nobles y de beneficio para la población. Que los periodistas merecen respeto, por la tarea que desempeñan e incluso como simples ciudadanos.
Que descargue su coraje contra los criminales, pero que se deje de insolencias y groserías contra los periodistas, que estos ninguna culpa tienen de su ineptitud e ineficiencia.
Mientras él porta pistola, e incluso armas de alto poder, los periodistas portan tan solo libreta y pluma, grabadoras, cámaras fotográficas o videograbadoras. Que no se pase de listo, y que no sea abusón.
Es más, que dedique un poco de su “valioso” tiempo, y lea la Constitución General de la República, la Constitución local y la Ley Orgánica de la Administración Pública Municipal, para que se entere que su función al frente de la policía municipal, es meramente preventiva. Si no lo entiende, el columnista autor de Palco de Prensa es Licenciado en Derecho y, contra su voluntad, porque resulta ser un individuo repugnante, podría orientarlo sobre la materia. Que entienda, es otra cosa.
Su comportamiento majadero, lépero, déspota, prepotente, denigra el prestigio de las fuerzas armadas de México. Parece salido de las mazmorras de una cárcel de mala muerte, de donde no debió salir jamás.
Tipos como este, no le hacen ningún bien a Tijuana. Por el contrario, son un peligro social. Seguro que muchos tijuanenses prefieren correr el riesgo de estar junto a un malandro, por peligroso que pueda parecer, que estar junto a “Leyzaola II”.
Tipos como este, le causarán serios problemas y dolores de cabeza, al Alcalde Carlos Bustamante Anchondo y a todos los integrantes del XX Ayuntamiento.
O le ponen un alto y le advierten que se comporte conforme al puesto o cargo que ostenta, o lo pondrán de patitas en la calle, pues es un servidor público, no un cacique con placa, con aires de dictador.
Se exhorta a los periodistas agraviados, que no toleren una ofensa más, que presenten una denuncia de hechos, directamente ante el Alcalde, ante los Regidores y Síndico, reclamando sea amonestado y exijan una disculpa pública.
De la misma manera, que presenten una denuncia de hechos ante la Procuraduría de Derechos Humanos, a cargo del Lic. Heriberto García, para que integre expediente en torno a lo ocurrido, como constancia y para los efectos legales a que haya lugar.
Ningún lépero y mugroso, como el tal Gustavo Huerta Martínez, el émulo de Leyzaola, puede atentar conra el ejercicio periodístico.
Avisen dónde hay que firmar para solidarizarse con el reclamo y cuando será la marcha de protesta contra este barbaján.
Si bien es cierto que advierten que no tiene la culpa el indio, sino el que lo hace compadre, los periodistas no estan para soportar “indeadas” de este tipo, lépero y mugroso.
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