Por Enrique D. Sánchez Díaz
TIJUANA BC 20 DE MARZO DE 2025 (AFN).- “En estos momentos de mi vida, recuerdo que hice una promesa a la Virgen de Guadalupe cuando yo estudiaba en México, porque me iba a recibir de médico y a los dos días me iba a casar. Y si me reprobaban tenía que quedarme otros seis meses y no tenía recursos para sostenerme”, recordó Juan Medrano Padilla, quien cuenta con una amplia trayectoria, y gran historia de servicio, liderazgo y entrega a su comunidad.
"Estaba por recibirme el día 15 de octubre de 1952 para casarme por el civil con Elisa, mi novia, el día 17 y el 18 de octubre por la iglesia", narró, lleno de emoción y nostalgia. "A la Virgen de Guadalupe le pedí también un milagro y su bendición para convertirme en médico y ayudar a la gente, como lo estoy cumpliendo todavía”.
"En mi recámara me acompaña, además de una fotografía de mi esposa Elisa (finada) una pintura de mi hijo fallecido Juan Miguel Medrano, que me regaló el ex Alcalde Federico Valdés Martínez", destacó.
Muy lúcido, lleno de recuerdos, sonrisa a flor de labios y a veces con sus ojos llenos de agua, Juan Medrano nos contó que nació en Tijuana en 1931, vivía en una casa en la Calle Primera. Y narró algunas vivencias y anécdotas que lo llevaron a convertirse en líder social, buscado por su experiencia y don de gentes por muchos políticos de la vieja época, como asesor y promotor.
"Yo prometí que si me iba bien, iba a seguir ayudando a la gente en todo lo que yo pudiera. Y gracias a la Guadalupana y a Dios he podido hacer mucho durante años. ¿Cómo lo he logrado? Por mi profesión y porque conozco muchos médicos que trabajaron conmigo, todavía muchos están en el Hospital General, otros en el Seguro Social y en la Secretaría de Salud", expuso.
Postrado en un sillón, dirigió su mirada hacia una grande y bella imagen de la Virgen del Tepeyac frente a su lecho, citó:
“Ayudé a muchas personas con necesidad sin esperar nada a cambio, también ayudé a muchos a hacer política. Lo que más me llena el corazón es ayudar a la gente, porque eso alegra mi alma. Pero para lograrlo, siempre tengo que buscar por dónde, y es cuando invoco: Dios mío, oriéntame por dónde ayudar a esta persona”, dijo el conocido médico.
Con el peso del tiempo, 95 años, el ser humano alto, muy blanco y bien arreglado, siempre jovial, no se da por vencido, entrelazando los dedos de sus manos relata: “Todavía ayer canalicé una persona de 43 años que no conozco, que tiene cáncer en el colon, a petición del enfermero que me asiste”.
"Así le pedí ayuda al mejor cirujano de Tijuana, el doctor Romero Mejía para que lo opere, él es jefe de cirugía en el Hospital General. Él también operó a mi nieto Luis Miguel", expuso.
Haciendo un recuento, con el rostro irradiando júbilo, dijo: "Hasta hoy, mi vida ha sido muy satisfactoria, porque lo que llegué a ofrecer y prometer lo cumplí. Pero tengo también que dar gracias a tanta gente buena y altruista que me apoyó siempre”.
Recuerda con gran entusiasmo Medrano, líder y guía del Grupo 21 de Tijuana, que él y un puñado de amigos fundó en 1985, que hace casi 7 años le hicieron un reconocimiento como Personaje del año 2018 por su trayectoria de vida.
Lleno de orgullo por el amor que le brindan sus hijas y nietos, elogió la titánica fortaleza de los tijuanenses que, sin arredrarse ante los retos, desafíos y adversidades, han forjado una gran metrópoli, ejemplo nacional. Una Tijuana heróica a la que nada ni nadie frena en su desarrollo.
Cargado de nostalgias, con remembranzas de muchas alegrías y también tristezas, hoy altivo y colmado de satisfacción de haber cumplido su misión de ayudar a quien lo necesita, sin menosprecio de nadie. También calificó que los políticos de antes tenían más sentido social.
COLABORÓ CON 6 GOBERNADORES
Comienza a relatar una parte de su vida: Siendo un adolescente de 12 años, era un excelente deportista que destacaba en el baloncesto y en el boxeo; lo que le valió, por su amistad con Ernesto Jiménez, dueño de la lchería La Suiza, hoy Jersey, le construyera un pequeño gimnasio de box en su casa que utilizó por años para enseñar y entrenar a jóvenes tijuanenses en el deporte de los puñetazos; la mayoría residentes en la calle Primera en la zona Centro de Tijuana.
A lo largo de su vida, ya en la vida pública, el doctor Juan Medrano Padilla laboró por 36 años (1953 a 1989) con seis diferentes gobernadores: Braulio Maldonado Sández; 2 años con el Dr. Gustavo Aubanel Vallejo, interino del fallecido Eligio Esquivel; el Ing. Raúl Sánchez Díaz Martell; luego con Milton Castellanos Everardo; con Roberto de La Madrid; y los 10 meses del interinato del Ing. Oscar Baylón Chacón en relevo de Xicoténcatl Leyva Mortera.
Recién graduado como médico ginecólogo, por su amistad con el Lic. Rafael Moreno Henríquez, secretario general del primer Gobierno Constitucional del Estado, fue designado encargado de servicios médicos en la cárcel pública estatal, que estaba en Tijuana, anexa a la Federación CROC y a unos metros de la escuela Lázaro Cárdenas, en la hoy avenida Niños Héroes y Calle Primera.
Durante el gobierno del ingeniero Sánchez Díaz, siendo cirujano en el Hospital Civil “Miguel Alemán Valdés”, el doctor Medrano fue designado director general y con ayuda de Alberto Limón Padilla, construyó una moderna y nueva sala de emergencias y cirugía en el nosocomio que entonces estaba en lo que hoy es la plaza Campestre, justo frente al campo de golf.
Cuando llegó en 1971 al gobierno de Baja California, el Lic. Milton Castellanos, fue invitado a ocupar el cargo de jefe de salubridad en Tijuana; y al asumir la gubernatura, Roberto de La Madrid Romandía en 1977, lo designó Secretario de Salud Pública del Estado. Por cierto, considera que fue la mejor etapa de su vida en la administración pública.
Calificado como el padrino de la política y líder social, durante los años previos a ser Secretario de Salud, solicitó y obtuvo una donación de terrenos en el fraccionamiento El Mirador. Allí con el apoyo de la sociedad y el gobierno, se construyó el primer Hospital Infantil del Noroeste. Hospital que fue el orgullo de la entonces Primera Dama del Estado, Elena “Nena” Victoria de De La Madrid, quien se pasaba muchos días allí para ayudar a atender a los niños enfermos.
Después en el siguiente gobierno estatal, ese centro pediátrico lo convirtieron lo que es hoy el Hospital del Issstecali.
Hace una pausa y comenta: En época del ingeniero Sánchez Díaz, cuando se desempeñaba como cirujano del Hospital, le tocó atender a numerosas jovencitas norteamericanas destrozadas y desangrándose, tras haber sido atendidas por charlatanes de la medicina que les practicaban abortos clandestinos.
Fue tal el escándalo que se levantó en Tijuana, que el gobernador ordenó una fuerte batida en contra de los médicos sin escrúpulos que practicaban los abortos ilegalmente. Así, le pidió al doctor Medrano certificar las lesiones de las mujeres que se recuperaron, y también de las muchas que murieron, porque no pudieron salvarlas de sus lesiones.
Tras ese problema que levantó ámpula en ambos lados de la frontera, le ofrecieron aceptar el cargo de Jefe del Servicio Médico Forense en Tijuana. Y recordó con gran amargura, que tan grandes eran los mezquinos intereses que protegían ese ilícito, que lo amenazaron de muerte y con hacerle daño a su familia, si ocupaba ese cargo. Con esta intimidación prefirió declinar el nombramiento y seguir como cirujano en el nosocomio.
Medrano recordó que participó en numerosas luchas sociales, como los movimientos que se organizaron por parte de tijuanenses en contra de Inmuebles Californianos, cuando pretendían quedarse con 10 mil hectáreas del casco urbano de Tijuana, amparados en un título de los años de 1800, en favor de los sucesores de la familia Argüello. Amenaza que se resolvió con la intervención del Presidente Luis Echeverría, el Gobernador Milton Castellanos y líderes empresariales, entre ellos Miguel Calete y Luis Fimbres Moreno.
Nuestra ciudad de Tijuana ha vivido también épocas difíciles que han amenazado la tranquilidad de las familias y la sociedad, recordó.
Hoy guarda un profundo y grato respeto por todos los gobernadores con los que le tocó trabajar, pues le consta que todos aportaron con gran sentido social y humano, lo mejor de ellos para atender las necesidades de la ciudad de Tijuana.
Habló del “abogado político” Milton Castellanos, y el gran respaldo que le dio Echeverría para arrancar las obras del acueducto del Río Colorado, la canalización y urbanización del Río Tijuana, y la terminación de la carretera transpeninsular.
De Roberto de La Madrid, recuerda su gran esfuerzo político para atraer inversiones de Oriente, en la etapa de industrialización de Tijuana, sin descuidar muchas obras de beneficio social, y que a gestión de su esposa Nena de De La Madrid se construyó el Centro Cultural Tijuana (Cecut).
Juan Medrano, finalmente con orgullo comentó que también fue Presidente de Asociación Fronteriza de Salud México-Estados Unidos y por labor de 6 años le otorgaron un reconocimiento en Hermosillo, Sonora como “mejor trabajador de la salud México-Estados Unidos”.
Enrique D. Sánchez Díaz
• Periodista •
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