Por: Marco Antonio Samaniego

TIJUANA BC 31 DE ENERO DE 2025.- Los comentarios sobre quien iba a gobernar estuvieron a la orden del día durante el cambio de gobierno federal. La palabra Maximato, en mi opinión siempre exagerada para describir los años 1928- 1934, se ha utilizado también con ligereza para este momento. Claudia Sheinbaum no se ha peleado con López Obrador, pero sí se ha distinguido con medidas diferentes. La lógica no es la misma y los conflictos, a pesar de la violencia que continúa, son distintos. 

Aquí apunté desde hace varios años.  Trump podría volver y para este momento, regresó. Guste o no, eso le da matices a los cambios que se han generado y son un referente de políticas por desarrollarse en los años siguientes. No es el mismo Trump y tampoco se pueden aplicar las mismas medidas por la encargada del ejecutivo federal. 

Trump aprendió, pero el mundo de 2017 no es el mismo al de 2025. Son ocho años en los que han cambiado los conflictos en el mundo. Los enfrentamientos en el medio oriente no tienen solución rápida ni fácil.  La guerra de invasión de Rusia a Ucrania, en medio de múltiples posibilidades de efectos a futuro, genera otros escenarios internacionales que, a pesar de los dichos de Trump, no puede ni va a resolverlo con la rapidez que apuntó. El tema migratorio está en nuestra agenda porque es un elemento fundamental de su campaña. Pero los temas de las dos guerras, van a estar ahí como amenaza latente  y mientras más tiempo pase, le van a pasar el saldo correspondiente. 

Por eso la negociación con Estados Unidos va a ser un punto totalmente diferente a lo realizado con AMLO. Esa va a ser una marca del gobierno de Sheinbaum, porque va a enfrentarse a otro Trump, que no podrá decidir e imponer con la misma facilidad. Tomar en serio y darle mucho peso al tema del Golfo de América, es perderse en nimiedades. Es jugar a las canicas con un caprichoso que compra las canicas y decide que el juego lo gana el que más canicas tiene. Pero no es lo principal. Además de que el Golfo de México se va a llamar Golfo de México. 

Lo relevante es la migración, el comercio y las relaciones interfronterizas, donde un servidor siempre va a destacar los temas de las cuencas internacionales y los procesos de regulación de contaminantes, sobre todo el aire y los metales pesados.  La atención está sobre todo en los dos primeros temas y esperemos que como no entiende Trump los otros temas, ni los menciona. Aún así, más allá de la referencia del Maximato, el mundo es distinto y las necesidades y los tiempos de negociación son diferentes.  

Por otra parte, a los que mencionan el Maximato, hay claras muestras de políticas diferentes. El abrazos no balazos ya no existe. Era imposible sostenerlo.  De hecho, nunca existió porque los abrazos no aparecieron y los balazos se incrementaron. El caso de Sinaloa, y de un tal Rocha Moya que no gobierna nada, es un efecto, esperemos que, de poca extensión, de una renuncia del Estado. La población ya no aguanta y la medida que se tome, será una marca distinta de Sheinbaum. Lo insostenible no tiene espacio ante el nuevo escenario y personajes de esa incompetencia y demagogia, no entran en los escenarios de futuro que se generan en este momento. Rocha Moya ya está fuera, aunque cobre en el cargo. 

Por otra parte, ¿Por qué separarse públicamente de quien incidió, con su peso histórico, a llegar al cargo? ¿Cuándo le pidieron a Manuel Ávila Camacho que se diferenciara de Cárdenas? Al contrario, lo nombró comandante General del Pacífico. Y quienes ven una ruptura entre uno y otro, mas imaginaria que real, es porque no consideran que el amigo de Cárdenas era Ávila Camacho. Ambos lucharon junto contra los cristeros y los dos se debían la vida mutuamente. Además, Cárdenas nunca fue socialista. Entregar a los trabajadores algunas industrias o repartir la tierra, no es socialismo. 

La separación sí existe en el presente porque las necesidades y el momento son otros. Aunque periodistas insistan en el Maximato, la realidad indica que las adaptaciones y reconfiguración se están presentando. La relación con los empresarios es otra, y aunque sigue eso de los conservadores, sin definirlos, la única forma de impulsar el crecimiento del país es una reconstitución con el mencionado sector. Los datos de escaso crecimiento, no son un invento. El tema migratorio, se acelere o no, es importante, pero el crecimiento, si no se presenta, de poco servirán las fotos de los funcionarios regalando cobijas a los repatriados. 

No va a haber pleito, y por supuesto que habrá continuidades, pero también diferencias. A López Obrador nadie lo podrá imitar, por lo que es mejor tomar el lugar que corresponde. Y en eso, considero, Claudia Sheinbaum sabrá entenderlo y, por otro lado, intentar reconfigurar un gobierno que para sostenerse como grupo - en la medida que sea grupo – deberá desempeñarse de forma distinta.    Tiene una ventaja, la oposición no encuentra lugar. Sigue siendo un escenario fabuloso para los miembros de la 4t, quienes pueden seguir peleándose entre ellos, porque enfrente no hay mucho. Pero un descuido con Trump y sus propuestas, que son y serán una realidad que afecta a los mexicanos, sí es un factor que incide en las políticas de nuestro país.  Y esa es una diferencia que no se puede soslayar. 

Esta columna no refleja la opinión de Agencia Fronteriza de Noticias, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor.