Por: Esteban Capella Ibarra
REFLEXIÓN DEL DÍA.-
TIJUANA BC 3 DE ENERO DE 2025.- Desde su creación, el Ejército Mexicano ha sido un símbolo de fortaleza, lealtad y patriotismo. Su historia está marcada por momentos de gloria, sacrificio y defensa de nuestra soberanía. Desde la guerra de Independencia, pasando por la Revolución Mexicana, hasta su papel actual en tareas de seguridad interna y ayuda humanitaria, los soldados han sido un pilar fundamental para mantener el orden y proteger a la ciudadanía.
Uno de los aspectos más notables del ejército es su inquebrantable lealtad hacia el Comandante Supremo, el Presidente de la República. Esta lealtad, digna de todo reconocimiento, ha permitido que las fuerzas armadas se mantengan como una institución sólida y confiable en tiempos de crisis. Han demostrado, una y otra vez, su disposición para servir a México con honor y disciplina, aun en circunstancias adversas.
En los últimos años, he tenido la suerte de conocer a muchos miembros del ejército de diferentes rangos. En cada uno de ellos he encontrado una nobleza y una gran calidad cívica que se traduce en un patriotismo inquebrantable. Esta virtud no solo los define como individuos, sino que fortalece nuestra identidad nacional y sirve de ejemplo para todos los mexicanos.
A pesar de haber sido sometidos en los últimos años a cargas administrativas y operativas desmedidas —desde hacerse cargo de aduanas hasta la construcción de grandes obras públicas—, los soldados han demostrado una admirable capacidad de adaptación, alineándose a las decisiones supremas del gobierno. Sin embargo, esta disposición no debe ser utilizada como argumento para desviar la razón de su existencia. El Ejército Mexicano tiene como misión fundamental proteger la soberanía, la seguridad nacional y la paz social, y no debemos permitir que esto se diluya en tareas ajenas a su esencia.
Es crucial que valoremos el papel del Ejército Mexicano en la construcción y preservación de nuestra nación. Merecen respeto, condiciones laborales justas y el respaldo de la sociedad. Al final, ellos son quienes están en la primera línea de defensa, protegiendo nuestras libertades y derechos.
Reconocer su historia, sacrificios y lealtad no es solo un deber, sino una deuda de gratitud que como mexicanos debemos saldar. En cada soldado hay un ejemplo de servicio y amor por la patria, y en ellos se refleja lo mejor de México.
El autor es egresado de la licencia en administración, derecho y actualmente cursa la licenciatura en psicología así como presidente de profesionistas unidos por Baja California AC
Esta columna no refleja la opinión de Agencia Fronteriza de Noticias, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor.
