Si yo fuera diputado... de Baja California...
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Si yo fuera diputado... de Baja California...

Monterrey NL - martes 22 de octubre de 2024 - Fernando Núñez de la Garza Evia.
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Fernando Núñez de la Garza Evia
@FernandoNGE
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MONTERREY NL 22 DE OCTUBRE  DE 2024.- “Democracia, mire usted, según la lengua española traducida al castellano quiere decir demo, como quien dice dimos y si dimos con qué nos quedamos y cracia que viene a ser igual, porque no es lo mismo Don Próculo se va a las democracias que demos cracias que se va Don Próculo”, dice Cantinflas en la célebre película Si yo fuera diputado. Y así es: el Congreso de Baja California aprobó su presupuesto anual, al cual le dimos, y mucho, y ni las cracias nos dieron.

90 millones de pesos. Esa es la cifra que se embolsarán nuestros diputados locales en solo un año. Aquí sí hubo unanimidad, consenso, concertación entre todos los partidos políticos del estado. Esos 90 millones de pesos teóricamente están destinados a “gastos de apoyo social”, de acuerdo al diputado local y presidente de la Comisión de Administración y Finanzas del Congreso local, Jaime Eduardo Cantón Rocha (Morena). De acuerdo a Cantón Rocha –que pasó de ser el secretario particular de la gobernadora a manejar los dineros del Congreso– su comisión va a vigilar que ese dinero se ejerza “con cero corrupción, con total transparencia y sin ningún tipo de lujos ni privilegios”. ¡Claro que sí!

No tiene sentido alguno que los diputados manejen dinero directamente, aunque sea bajo el pretexto de “apoyos sociales”. Primero, porque en ninguna democracia avanzada del mundo los legisladores manejan dinero ya que su papel es, precisamente, legislar: debatir, aprobar y rechazar propuestas de ley. Segundo, porque todo dinero público erogado está etiquetado en el presupuesto público: ahí es donde se establecen los ingresos, los gastos y la fiscalización de los recursos públicos, y no en el bolsillo de los diputados. Tercero, porque estos dineros siempre se prestan para corruptelas: ¿a qué empresas van a contratar los legisladores?, ¿para hacer qué? Y, sobre todo, ¿qué mecanismos de fiscalización tendrá el fondo?

Los “apoyos sociales” son, lisa y llanamente, el fondo de los moches. Esta es una práctica mexicana deleznable, que se hace para darle más dinero a los diputados, en paralelo a sus buenos salarios y prestaciones. También, es un mecanismo que utilizan las cúpulas partidistas para tener más contentos –¿comprados?– a sus legisladores. Y, sin duda, es clientelismo político puro, al tener los legisladores dinero en efectivo para repartir, con total discreción e impunidad, a su electorado. Comenzó con el priismo, lo continuó el panismo, y ahora lo hace el morenismo. Un hecho destaca: todos los diputados de todos los partidos políticos votaron por aprobar estos “apoyos sociales”. Ahí sí, hay consenso.

Nunca jamás se ha rendido cuenta alguna de los “apoyos sociales”, y ahora no será diferente. Tenemos uno de los congresos locales más caros del país, y tiene todo el sentido. Porque nuestros diputados locales se sirven con la cuchara grande. Y lo hacen con nuestros impuestos, felices, felices, felices.

TikTok: @mxpatriota
Twitter: @FernandoNGE

Esta columna no refleja la opinión de Agencia Fronteriza de Noticias, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor. 

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