LA BUFADORA
Por. – El Mosquito
ENSENADA BC 5 DE OCTUBRE DE 2024.- En su columna publicada este viernes en la edición impresa y digital de El Vigía, nuestro colega y compañero Joatam de Basabe resalta una situación que en las siguientes horas y días será motivo de polémica, porque de los 35 nombramientos de funcionarios y funcionarias de primero y segundo nivel anunciados hasta el momento por la presidenta municipal de Ensenada, Claudia Agatón Muñiz, son 26 hombres y sólo 9 mujeres.
En el caso de nuestro municipio eso de que “llegó una mujer al poder y con ella llegaron todas” está claro que no aplica; ciertamente habrá quienes sostengan que antes del género se debe privilegiar la capacidad y no integrar un gabinete paritario sólo porque resulta fácil y políticamente correcto decirlo, no así implementarlo.
También no faltarán aquellos y aquellas que demanden equidad en la designación de funcionarios, y que se apliquen los mismos criterios afirmativos en favor de las mujeres como ya ocurre en la postulación a cargos de elección popular.
Mientras tanto, este asunto será otro motivo de controversia y esperemos que de análisis serios y desapasionados.
Se fueron a Tijuana
Al no ser requerida para seguir laborando en el XXV Ayuntamiento porteño, una ensenadense aceptó la invitación del alcalde de Tijuana, Ismael Burgueño Ruiz, para sumarse a su equipo de colaboradores; se trata de Lucía Aguirre, quien en la vecina ciudad fronteriza ya despacha como directora de Promoción Económica en la Secretaría de Desarrollo Económico de Tijuana (Sedeti).
En varias administraciones municipales de Ensenada, incluyendo el periodo que encabezó el ahora senador de la república Armando Ayala Robles, laboró Aguirre precisamente en áreas de promoción económica.
Franquicias familiares
Sólo en el papel se les puede mencionar como partidos, porque en los hechos todas las fuerzas políticas con registro nacional y local son auténticas franquicias familiares, donde la militancia, si es que la tienen, está de adorno.
Morena está bajo el control de Andrés Manuel López Obrador a través de su hijo; el dueño del Partido del Trabajo es Alberto Anaya; el Partido Verde Ecologista de México es propiedad de la familia González.
El Partido Acción Nacional está en manos de Marko Cortés y su pandilla; y el Partido Revolucionario Institucional es un ente en poder de Alejandro “Alito” Moreno, quien estará al frente del tricolor por cuatro años más, gracias a que, por mayoría de votos, la Sala Superior del Tribunal Electoral (Trife) avaló el cambio de estatutos del PRI, que permitió su reelección al cargo que ostenta desde hace cinco años.
Ni que decir de Movimiento Ciudadano -antes Convergencia Democrática- que desde su fundación regentea Dante Delgado Rannauro o quien él designe como gerente.
Los magistrados Mónica Soto, Felipe Fuentes y Felipe de la Mata consideraron que el PRI estaba en su derecho de modificar sus documentos básicos dentro del proceso electoral, pues las etapas cruciales ya se habían agotado. Incluso, en la misma sesión, avalaron las reformas internas impulsadas por “Alito” para mantenerse en el puesto.
En minoría se quedaron la Magistrada Janine Otálora, cuyo proyecto confirmaba la resolución del INE de no avalar los estatutos del tricolor, y el magistrado Reyes Rodríguez.
Al entrar al contenido de las reformas, Fuentes y Soto defendieron la reelección de los líderes nacionales por tres periodos consecutivos de cuatro años, y de estatales y municipales hasta por dos mandatos de tres años.
El 11 de agosto, Alejandro Moreno y Carolina Viggiano se reeligieron como presidente y secretaria general por cuatro años, y si en 2028 deciden repetir podrán hacerlo completando así un periodo de 13 años.
“Ni en la Constitución Política ni en la Ley General de Partidos Políticos está prohibida la figura de la reelección, por lo que incorporar o no esta figura en el estatuto de un partido político se encuentra en el ámbito de la autodeterminación y autoorganización del propio instituto político”, justificó la presidenta Mónica Soto.
Es inocultable que el sistema de partidos en México está en poder de un puñado de familias, que cada tres años rentan sus siglas al mejor postor, pero en este tema nadie se atreve a promover iniciativas para crear una ley de partidos que impida estas simulaciones, las cuales resultan un negocio redondo.
Esta columna no refleja la opinión de Agencia Fronteriza de Noticias, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor