LA BUFADORA
Por. – El Mosquito

ENSENADA BC 1 DE OCTUBRE DE 2024.-  Aunque será hasta este martes cuando oficialmente inicie su periodo como la primera mujer en encabezar la presidencia municipal en la historia de Ensenada, Claudia Agatón Muniz rindió protesta al cargo la tarde de ayer en un acto celebrado en el vestíbulo del Ayuntamiento, acto solemne al que asistió la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda y su esposo Carlos Torres Torres, y ambos recibieron una placa de reconocimiento por parte de Agatón.

Cabe señalar que desde 2010, cuando asumió la alcaldía el priista Enrique Pelayo Torres, esta ceremonia no se realizaba en las instalaciones del gobierno municipal porque los ediles electos preferían llevarla a cabo en el Jardín Ventana al Mar; sin embargo, es muy probable que por razones de escaso presupuesto se decidiera volver a la llamada Casa Municipal.

En su primer mensaje como alcaldesa del XXV Ayuntamiento, Claudia prometió “(…) trabajar en equipo y escuchar a todos los sectores”; también anunció que dará prioridad al turismo y sostuvo que gestionará que la pesca vuelva a ser la actividad icónica de Ensenada.

Hizo énfasis en que “(…) las mujeres somos la fuerza transformadora”, frases que detonaron los aplausos y reconocimientos de rigor; pero una de las omisiones más evidentes fue no mencionar por su nombre al dirigente estatal de Morena, Catalino Zavala Márquez, a quien relegaron a la segunda fila para hacer más grande el desaire.

Así que fue un acto breve, sin contratiempos, atmósfera que podría cambiar en la primera sesión de Cabildo convocada para este martes a las 12:00 horas en el cuarto piso del Ayuntamiento.

Sentido y sensibilidad

Como la película inglesa de 1995 “Sense and Sensibility”, en los últimos días se han hecho evidentes las diferencias -grillas y fuego amigo- al interior de Morena y sus aliados, y en el caso de la nueva administración municipal que desde hoy preside Claudia Agatón, los supuestos morenistas que no fueron invitados a incorporarse a la nómina del Ayuntamiento de Ensenada, al principio se quedaron mirando como el grupo político que encabeza el secretario estatal del Trabajo, Alejandro Arregui Ibarra, obtenía a través del Partido Fuerza por México (FxM) varias posiciones, como una diputación local (Distrito 16 con cabecera en Ensenada), la sindicatura municipal y tres regidurías, que fueron el resultado de una negociación a la hora de distribuirse las candidaturas, con el compromiso de que el “team” Arregui se hiciera cargo de la precampaña y campaña de Claudia Agatón, tal y como sucedió.

Hasta aquí todo parecía ir bien, pero la postura de la ya alcaldesa en funciones de no dar a conocer con anticipación la conformación de su gabinete, aunado a la filtración de ciertos nombres, genera que algunos moreno-obradoristas consideren que se trata del extraño retorno del PAN al poder.

Y aunque parezca chiste, sólo hay que revisar los perfiles que han trascendido y que el respetable lector saque sus conclusiones.

¿Se tornó color azul el nuevo gabinete municipal? De entrada y por orden jerárquico, el secretario general de Gobierno recaerá en la figura del abogado Julio César Arenas, quien ya ocupó ese puesto en el trienio del panista César Mancillas Amador.

También está Ana Carolina Cuevas, hija de César Cuevas Ceseña, a quien proyectan en la Dirección de Desarrollo Urbano. Para hacer un poco de memoria, Cuevas fue el encargado de Desarrollo Urbano de varias administraciones blanquiazules.
Y se cierra la pinza con Ricardo Quintana, a quien le guardan el espacio al parecer para Recaudación de Rentas.

¿Será que los “panistas” se servirán no con cuchara grande sino con un cucharón sopero, teniendo injerencia en temas financieros y políticos?

Sorteo patito

Por el Colegio de Bachilleres de Baja California (Cobach) surge una nueva inconformidad. Resulta que a sus directivos se les ocurrió organizar un sorteo de Raspa y Gana, que tiene como primer premio un iPhone 14, como segundo premio un smartphone y en tercer lugar una bocina inteligente.

Sin embargo, llama la atención de que el sorteo referido se organiza en conjunto con la Fundación Proser (https://www.somosproser.org/), la cual en su página web anuncia, dentro de su Programa “Apoyo Mi Educación”, una Rifa Entre Amigos, de Raspa y Gana, pero no parece que esté legalmente autorizada para realizar ese tipo de sorteos, los cuales requieren permisos de la Secretaría de Gobernación.

De la misma forma, resalta que el Cobach organice un sorteo también sin los permisos correspondientes de la Secretaría de Gobernación, sobre todo porque su actual director general, Gerardo Solís Benavides era hasta hace poco secretario de Educación en Baja California y se supone que debe saber que, por la seriedad de la institución, no pueden hacer sorteos “entre amigos” que implique la captación de recursos, los cuales requieren de un manejo responsable y legalmente establecido, a menos de que Solís Benavides esté también de acuerdo con aquello de que “no me vengan con que la ley es la ley”.

¿Sabrá la junta de gobierno del Cobach que a los trabajadores administrativos les dieron dos carteras de Raspaditos, que a los jefes de área les dieron tres, a los directores y maestros entre tres y cuatro, y que a los alumnos una a cada uno? ¿Sabrá la junta directiva que cada carterita tiene un valor de mil 275 pesos y que todos los que las recibieron la deben pagar, vendan o no los números del sorteo?

En la junta de gobierno del Cobach participa la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), institución con gran experiencia en organizar sorteos serios y con gran prestigio ¿Sabe y está de acuerdo el rector de la UABC, como integrante de la junta de gobierno, sobre las características de este sorteo que organiza el Cobach y la Fundación Proser y la forma extraña como se está manejando? ¿Qué dirán las Auditorías Superiores de Baja California y la Federación, así como las autoridades de la Secretaría de la Honestidad del Estado respecto a estos actos irregulares?

Por lo pronto, hay referencias de mucha inconformidad dentro del personal del Cobach, así como de los padres de familia de los estudiantes, pero que tienen miedo a manifestarla por temor a las represalias.

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