INFRAESTRUCTURA Y DESARROLLO
Por: Alejandro Mungaray Moctezuma
TIJUANA BC 4 DE SEPTIEMBRE DE 2023.- La famosa Ruta 66 recorre 3,940 kilómetros, a través de 8 entidades de Estados Unidos, que son: California, Nuevo México, Texas, Oklahoma, Kansas, Missouri e Illinois.
Su historia se remonta hasta mediados del siglo XIX, cuando el ejército americano trazó un camino pensado para transportar provisiones y armamento, de costa a costa, a lo largo del paralelo 35.
Se inauguraría ya formalmente como la “U.S Highway 66” el 11 de noviembre de 1926, cuando se incluyó en la Red de Carreteras Federales de los Estados Unidos, aunque la totalidad de su trazo quedaría asfaltado hasta 1938.
De este modo, la también conocida como “Carretera Madre”, tomaría un papel muy importante para la movilidad nacional de Este a Oeste, entre las décadas de 1930 y 1950, pues el objetivo era que esta arteria permitiera la comunicación de las comunidades rurales con las grandes ciudades.
Su trazo fue clave para la movilización de muchos flujos de migrantes y también para la operación militar de la segunda Guerra Mundial y la etapa de post-guerra.
Durante este tiempo, se logró consolidar una actividad económica que fomentó la aparición de muchos pequeños pueblos en sus inmediaciones que se dedicaban enteramente a brindar servicios para los conductores con gasolineras, restaurantes, tiendas, bares y moteles.
Sin embargo, la rápida evolución de la tecnología vehicular terminó por prosperar un programa de inversión en Autopistas Interestatales en 1956, que respondía ya a la construcción de nuevos caminos, con secciones más amplias y trazos menos sinuosos, que permitieran un desplazamiento de vehículos más seguro y a mayores velocidades.
Fue a partir de la implantación de la nueva Red de Autopistas que empezó el declive operativo de la Ruta 66, pues se obligó a los vehículos pesados a transitar por ellas. Muchos pueblos se fueron quedando vacíos y ya para 1985, terminó por salir de la Red de Carreteras Estatales del país.
Ante esta situación, a principios de la década de 1990 empezaron a surgir asociaciones para abogar por la preservación, restauración y promoción de la Ruta 66, lo que terminó por brindarle una orientación más turística y renombrarla como la “Histórica Ruta 66”.
Adicionalmente, empezaron a documentarse distintos tramos de la ruta para incluirlos en el Registro Nacional de Lugares Históricos; y en 2008, se logró financiar la conservación de la Ruta 66 a través del Fondo para las Preservaciones Históricas del “World Monuments Fund”.
Poco a poco, se han ido promoviendo diversas actividades turísticas y recreativas alrededor de esta ruta. También, en 2018 se designaron los primeros tramos de la U.S. Bicycle Route 66 en Kansas y Missouri para integrarlos en el Sistema de Rutas para Bicicletas de Estados Unidos.
Hoy, la Ruta 66 es una infraestructura emblemática de Estados Unidos. Por un lado, porque en algún momento llegó a ser considerada una de las carreteras más importantes, aunque su función quedó obsoleta en pocos años. Por otro lado, porque se logró rescatar y revalorizar a través de la perspectiva histórico - turística, propiciando toda una nueva actividad económica alrededor de su propia existencia.
Este en un buen ejemplo de que la perdurabilidad de la infraestructura puede terminar por consolidarse en el patrimonio histórico. Aun así, a tiempo presente, cuando se diseña un camino no se involucra su potencial valor histórico a través del tiempo, aunque sería interesante poder visualizarlo y planearlo.
Evidentemente, ante los avances tecnológicos y las posibilidades para lograr trayectos y desplazamientos cada vez más ágiles, el riesgo de que una infraestructura de transporte quede obsoleta es alto.
Sin embargo, el impacto de su implantación en términos del desarrollo urbano que puede generar y de la accesibilidad territorial que representa, probablemente no pueda ser tan cambiante como su propia operación.
Así como la Red de Carreteras Federales de Estados Unidos ha ido quedando obsoleta ante la llegada de las autopistas, probablemente en unas décadas, dichas autopistas también queden obsoletas ante la llegada de una nueva red de infraestructuras que permita velocidades aún más rápidas de desplazamiento.
Habrá que ir pensando qué estrategia de revalorización se podrá plantear para estas infraestructuras.
Esta columna no refleja la opinión de Agencia Fronteriza de Noticias, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor