Palco de Prensa
Por : Gilberto LAVENANT
Cacareo, es el sonido que emiten el gallo o la gallina. En especial, cuando las gallinas ponen huevos, se delatan porque de inmediato lo cacarean. A su vez, cacarear es emitir voces o sonidos similares a los de las aves de corral.
Si bien es cierto que los seres humanos no son animales -aunque algunos lo parezcan, o actún como tales- es muy común que ese comportamiento de las aves de corral se aplique a los individuos y se utilice el cacarear, como sinónimo de alabar, alardear, farolear, gloriarse, jactarse, fanfarronear, ostentar, hacer gala, presumir o ponderar excesivamente las cosas propias.
En materia política también se utiliza este concepto, acción o actitud animal. Tratando de justificar derrotas electorales, el Gobernador panista, José Guadalupe Osuna Millán, argumenta que las administraciones o gobiernos blanquiazules no son debidamente valoradas, y por ello los electores no los apoyan con sus votos, porque no saben cacarear las obras que realizan.
Si todo fuese tan simple como la falta de cacareo. Debería entender, y reconocer, que los ciudadanos valoran, o toman en cuenta, muchos factores y no nada más el cacareo. La soberbia, la ineptitud o negligencia, la opacidad, la corrupción, el nepotismo, el cinismo, la frivolidad, la politiquería, las cuentas mochas y tantas otras cosas que salen a relucir, sin necesidad de cacarearlas.
Viene al caso comentar esto de el cacareo, porque sabedor de que en política es sumamente importante presumir lo poco o mucho que se haga, y disimular lo más posibles las cosas irregulares o fallas en que se incurre, el Alcalde de Tijuana, Carlos Bustamante Anchondo, decidió dar una muestra de cacareo.
Acompañado de David Saúl Guakil, Secretario de Desarrollo Social, y David Navarro, Secretario de Desarrollo Urbano, y teniendo como invitado especial a Mario Escobedo Carignan, Presidente del Concejo Coordinador Empresarial, de Tijuana, invitó a los periodistas a hacer un recorrido para observar las obras realizadas durante su administración.
Esto ocurrió el martes de esta semana. El “tour” inició aproximádamente a las 9:00 de la mañana en el edificio del Palacio Municipal, en la zona río, y consistió en recorrer algunas vialidades de la zona centro y áreas colindantes, para observar obras de mejoramiento vial y luego visitaron varios puntos de la zona este de la ciudad.
Destaca como una de las obras importantes, la construcción de un majestuoso edificio para la Delegación Municipal de El Centenario, en La Mesa de Otay, donde el titular, Jorge Escobar, explicó los avances y las características de dichas instalaciones, que vendrán a sustituir las modestas e incómodas oficinas que durante varios años ocuparon a la entrada de la Ciudad Industrial. Un edificio con sentido ambientalista o ecológico, colindante con el Parque de la Amistad.
Respecto de las diversas obras, tanto Guakil como Navarro dieron detalles en cuanto a inversión, alcance o beneficio de las mismas y además proporcionaron a los periodistas gráficas que permiten contrastar o comparar el antes y el después de las zonas mejoradas. Hicieron gala de sus habilidades de cacareo. En principio, no les fue nada mal en ese sentido.
Sin embargo, lo más destacado de ese recorrido, fue que tuvo una gran relevancia o influencia política. A bordo del pequeño autobús, el Alcalde Bustamante accedió a ser entrevistado en forma directa por los periodistas y hubo quienes de manera insistente lo cuestionaron sobre sus aspiraciones políticas e incluso sobre la posibilidad de que sea postulado como candidato priísta a la gubernatura de Baja California.
Se trataba de cacarear el trabajo público, que para muchos puede pasar desapercibido, sobre todo porque muchas de las obras se realizaron en zonas poco transitadas. Sin embargo, hubo ambiente de destape o precampaña. Sobre todo en varios puntos donde hubo pequeños eventos protocolarios de inauguración de obras, con discursos y toda la cosa. En todo caso, fue un ensayo, para “medir el agua a los camotes”.
Personajes conocedores de los preparativos para el proceso electoral del 2013 en Baja California, en la que los políticos contenderán por la gubernatura, alcaldías y diputaciones locales, aseguran que estas muestras de cacareo político, son obligadas, porque en reciente reunión que los alcaldes priístas del país tuvieron con el virtual Presidente de México, Enrique Peña Nieto, sabedor de la desesperación de algunos bajacalifornianos por la postulación para la gubernatura, les advirtió que tienen que dar muestra de su trabajo, pues los resultados electorales del 1 de julio, al menos en esta entidad, no fueron tan buenos como se presumía o pensaba.
Serán muchas las posiciones en juego, pero la más anhelada y reclamada, es la gubernatura estatal. Por ello el cacareo de los gobernantes priístas en turno, aunque no sean gallinas, ni hayan puesto ningún huevo.
Es curioso, y no es ninguna exageración, que quienes se llaman políticos, no saben nada, o muy poco, de política. En especial, deben tener en cuenta que la política, en muchos aspectos, es como una competencia de salto de altura. No se puede aspirar a alturas mayores, si en las últimas contiendas apenas si pasaron “de panzaso”.
Y no sólo eso, sino que también alguien les debe advertir, que para posiciones de mayor relevancia, alcance y responsabilidad, deben tener un equipo de colaboradores que cubra las expectativas. No se puede, con equipos “llaneros” –así se dice quienes juegan en el llano o a campo abierto- jugar en “ligas mayores”.
No todo es cuestión de simple cacareo. Sobre todo, cuando la gubernatura no corresponde solamente al Rancho de la Tía Juana, sino a todo Baja California.