* El reconocimiento de la afición local y de jugadores rivales como Juan Arango, así como arrebatos de algunos aficionados que desafiaron la seguridad del Estadio Caliente, fueron registrados durante la visita del brasileño, quien, además, marcó un gol
Tijuana BC 19 de octubre de 2014 (AGP).- Hay cosas que sólo las figuras mundiales pueden conseguir.
Por ejemplo, que un espontáneo se lance al terreno de juego nada más para encontrarlo y mostrarle una camiseta de la selección brasileña con la ilusión de que estampe su firma en ella, o que algún chico formado lo siga desafiando la seguridad del estadio para poseer la selfie del recuerdo.
O son aún más extraños los casos en que una figura internacional como el venezolano Juan Arango, jugador de Xoloitzcuintles de Tijuana, le solicite la camiseta al término tanto del primero como del segundo tiempo.
Tampoco resulta habitual que la afición, como hipnotizada por la magia que un futbolista de 34 años aún conserva, se deje llevar en una especie de murmullo con aires de reconocimiento cuando el personaje en cuestión marca el gol que significa la desventaja parcial para el equipo de casa.
Personajes como Ronaldinho son los que logran que incluso cuando el capitán del conjunto local inicie una disputa a empujones con él, el estadio guarde un silencio tenso como de solidaridad con el huésped de honor.
Su equipo, Gallos Blancos de Querétaro, cayó en Tijuana 2-1.
Pero el campeón de Champions League con Barcelona, de Copa Libertadores con Atletico Mineiro y de la Copa del Mundo de 2002 con Brasil, le dio otra dimensión al juego y logró el Caliente volviera lucir, en realidad, cubiertas las 25 mil 333 localidades.